La controversia de la bandera ha sido un tema interesante estos días. Claro está, en la blogosfera local ha tenido más impacto que en los medios, y estoy seguro que para muchos compatriotas el tema no importa, o es "lío de blancos". Creo que en general sirve para preguntarnos también qué significa ser peruanos, o por lo menos, qué significa que uno se defina como peruano.
Como lo dije hace un tiempo: "¿Somos peruanos porque compartimos prejuicios, aunque nos afecten distinto? Tal vez esa sea la mejor manera de definirnos."
En este caso, podría replantear la aseveración, y decir que somos peruanos porque nos afectan los prejuicios de algunos, de la misma manera que nuestros prejuicios afectan a otros. Partamos por lo básico, descartando la ambigüedad: la actitud estúpida de algunos que vieron en la bandera con el rostro de Tupac Amaru a un símbolo terrorista, fue agravada por la necedad policial, que convirtió un problema que podría haber sido menor y municipal en una cuestión de orden interno y seguridad nacional. Profundamente idiota.
Y sin embargo, hay algo ahí... pues aunque no tengo claro el marco legal, sí es cierto que poner la bandera es obligación, y demás está decirlo: es poner LA bandera, no la interpretación que uno u otro hagan de la bandera. Podrá sonar decimonónico o ridículo, pero el símbolo, en su integridad, finalmente importa.
Claro, podría y debería haberse resuelto con un policía municipal diciéndole al que trasgredió la norma que cambie por la bandera oficial, y que pague una multa; claro está también, en el Perú, eso suena francamente absurdo, aquí donde todos hacen lo que les da la gana, desde vender y comprar la bandera oficial (con el escudo) hasta bueno, todo. Más que informalidad, lo que impera es la privatización de lo colectivo: así como porque mi carro es mi carro, y estoy apurado, y tengo que trabajar, y hago lo que me da la gana; porque la calle es de todos, y por eso es mía para hacer lo que me dé la gana sin importarme el "todos"; ¿acaso también la bandera es de todos, y por ello cada uno puede decidir qué bandera quiere usar?
Esto no se trata de símbolos patrios o de los sagrados símbolos patrios, que es todavía más absurdo. Es de lo que entendemos por todos. Aprecio la obra de arte de Cherman, y alabo su propósito. Pero recojo un comentario de Javier Torres, en el post que enlazo párrafos arriba, y recuerdo que esa bandera que no siempre valoramos, es de todos los que nos llamamos peruanos, así, en su simpleza y carga simbólica más bien trabada de formalismos que esconden injusticias.
Es nuestra bandera, y por ello debe ser la de todos, y siempre la misma. No porque represente a la patria, sino a los peruanos. Mal que bien, nos une. Por ello, la flameamos. Por ello, no comparto la idea de cada quién definiendo qué bandera lo representa o le gusta más. No censuro la idea, pero no comparto la oportunidad.
Sin sacralizar al estilo militar la forma; sin renunciar a representar a la patria con nuevas ideas, con estilos distintos y prácticas imaginativas; sin abandonar la noción que la patria la hacemos todos, cada uno a su manera y desde su propia noción de patriotismo; sí reivindico la idea que en Fiestas Patrias, que es la fiesta de los peruanos, debemos poner nuestra bandera, la de todos, es decir la de todos nosotros.
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