martes, 28 de junio de 2011

El avance de la censura en Internet

Mientras Anonymous capta nuestra atención con acciones de poca monta, lo verdaderamente serio está ocurriendo en otras partes. Desde el G8 y la OECD, Francia, o más bien su presidente Sarkozy, se ha convertido en el principal promotor de la censura y el control de la Internet.

En la cumbre digital, llamada e-G8, el tema de cómo garantizar que la Internet sea un espacio bajo control para la propiedad intelectual y la "moral" fue muy destacado. Francia ha promovido leyes francamente retrógradas en este tema, como la HADOPI y la LOPSSI, que buscan entregar la decisión de controlar el acceso a la Internet a instancias administrativas, bajo el criterio expresado públicamente por Sarkozy de "civilizar a la Internet", y la no muy sutil intención de favorecer a las industrias culturales. Este año, en la cumbre promovida por Francia, se ha insistido en esto, en medio de conclusiones francamente contradictorias.

Hoy, la EFF ha declinado firmar, como parte de un grupo consultivo de la sociedad civil, un comunicado sobre política pública para Internet que la OECD ha terminado, fundamentalmente porque recoge la insistencia francesa en censura y sanciones desproporcionadas contra el consumo irregular de contenidos protegidos. En el trabajo han participado muchas empresas de contenidos y pocos representantes de los intereses ciudadanos.

Como dicen los franceses de La Quadrature du Net, una de las ONG/Think Tank sobre estos temas más interesantes del mundo, "the list of panel participants suggests that the OECD may have already taken the side of big corporations seeking to control the Net. The OECD's legitimacy can only come if its member countries stand up to protect our rights and a free, universal internet infrastructure over private interests".

Así pues, dejen en paz a Anonymous y dedíquenle algo de tiempo a estos temas, que a la larga son mucho más críticos que los tenues ataques a la aun más tenue ciberinfraestructura del estado peruano.
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domingo, 26 de junio de 2011

Quería escribir sobre Anonymous...

pero la verdad me da flojera. No creo que sea tan importante más allá de dar algo de información, y eso ya lo hizo Marco Sifuentes hoy. Creo que "liberar" la lista de policías de las Aguilas Negras con sus cuentas de banco es trivial y al mismo tiempo peligroso: trivial para nosotros, peligroso para los policías. Y tengo claro que no fue Anonymous pero igual, va por ahí.

Coincido con Marco que lo importante es más que Anonymous, es el tema general de la seguridad informática y de la política de defensa digital, incluso cuando sea discutible cuán realmente crítico vaya a ser para el país, y sobre todo, cuánto valga la pena, en el contexto de amenazas a la seguridad nacional mucho más graves como el narcotráfico y la falta de capacidad de prevención de conflictos sociales. Cuestión de prioridades, yo preferiría enfrentar eso antes que la posibilidad que los datos de nuestros servidores estatales sean víctimas de hackers trabajando para el estado chino: no porque no sea potencialmente una amenaza, sino porque puede que no podamos hacer nada, y por otro lado, realmente no creo que a los hackers chinos o rusos les interese un país como el Perú.

Así pues, no tengo nada más que decir sobre Anonymous. Mejor veamos esto.
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jueves, 16 de junio de 2011

Para los próximos cinco años 4: TIC para el desarrollo

No es una responsabilidad sectorial, y es por eso que no suele aparecer como un tema en las discusiones sobre la acción gubernamental. Pero el uso de TIC para el desarrollo es un asunto crítico.

Ciertamente es una combinación de cosas: infraestructura (tema del MTC), aplicaciones, gobierno electrónico, usos sectoriales, desde salud hasta interior o defensa. Pero sobre todo es cosa de actitud, de tenerlo presente. Muchas cosas se hacen pero pocas se coordina desde una perspectiva de desarrollo, es decir como noción integrada de a dónde se quiere llevar el país y cómo usar la TIC para lograrlo.

La falta de esta visión trans-sectorial es un problema, que solo se puede solucionar integrando esta preocupación en la Comisión Intersectorial de Asuntos Sociales. Es difícil saber cuánto tiene presente el tema esta comisión en la actualidad, porque su sitio web es lo primero en donde un especialista en comunicación debería trabajar: es apenas un folleto volcado en la web.

Asumiendo que habrá un ejercicio de replanteamiento de lo que se entiende por estrategia de desarrollo social, la integración de los temas de TIC para el desarrollo sería interesante, y sin duda un paso para darle más coherencia a los múltiples programas que existen en el Estado peruano, en sus distintos niveles.

Eso es lo que nos falta, de nuevo: más que programas específicos, que los hay, visión sistémica, para saber si lo que estamos haciendo empuja en la misma dirección. Una visión de derechos y libertades, integrada con las amplias posibilidades que ofrece la TIC, sería un gran aporte.
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miércoles, 15 de junio de 2011

Para los próximos cinco años 3: telecomunicaciones

No es que se haya avanzado mucho en esta área el último lustro. Si bien hay un gran trabajo en la comisión nacional de banda ancha, los logros vendrán cuando se implemente lo que se busca, no antes. No se ha logrado competencia significativa en telefonía fija, aunque algo hay en Lima; en teléfonos móviles ni siquiera el tercer operador (Sprint Nextel) ha hecho algo, para no mencionar el cuarto, casi fantasma al parecer, Viettel.

Las tarifas siguen altas, por falta de competencia: aunque hay estudios que dicen que 10% de rebaja en las tarifas podrían producir un aumento de 19% de suscriptores, no hay quién se atreva, y el Estado Peruano no parece contar con las herramientas para empujar las cosas en esa dirección.

¿Qué esperar entonces? Primero que nada, que una asociación público privada dé nacimiento a la troncal de banda ancha en el Perú, siguiendo la propuesta que la citada comisión está trabajando. Con esto se podría contar con mejores tarifas, siempre y cuando se haga lo segundo: un ejercicio legislativo para lograr mejores herramientas regulatorias, además de una política más clara de logros de inversión, para que los operadores que ya tienen concesiones las usen y compitan en serio con los ya existentes.

Esto no requiere una empresa pública, aunque sí podría ser el caso que algún gobierno regional promueva una cooperativa de usuarios (poco probable dada la precariedad gerencial de estos gobiernos, pero quién sabe). En realidad se trata de lograr que el estado haga su chamba mejor de lo que ha hecho hasta ahora, no porque la haya hecho mal, sino porque no la ha hecho completa. Cosas como fomentar la consolidación de infraestructura física, para disminuir los mástiles de antenas móviles, podría ser un paso interesante, pero toma tiempo y dedicación lograr cosas así.

También está pendiente la parte opuesta: procesos de autorización y gestión pública más ágiles. Mientras el gobierno central es sumiso al fetiche de la inversión, y por ello a veces en exceso contemplativo frente a las empresas, los gobiernos regionales y municipales ven a las operadoras de telecomunicaciones como oportunidades de negocios. Excesivas vueltas y costos no ayudan, sobre todo cuando son arbitrarias y poco claras. Ahí también es necesario liderazgo estatal.

¿Habrá el compromiso político? Difícil de saberlo. Pero lo cierto es que si se sigue teniendo la actitud actual, de creencia más o menos pasiva en la mano invisible combinada con displicencia estatal, causada a su vez por la actitud excesivamente reverente ante los inversionistas, seguiremos con tarifas caras y un mercado a medio desarrollo.

martes, 14 de junio de 2011

Para los próximos cinco años 2: educación

El gran proyecto, y hasta cierto punto gran logro, de AGP II ha sido OLPC. Lo que dice mucho sobre cuánto se ha hecho realmente.

Separemos hasta en tres partes el juicio sobre OLPC: primero que nada, nunca fue la computadora que se supuso que sería, con problemas técnicos y falta de confiabilidad importantes. Tampoco fue un sistema educativo, debido a lo caótico del método de desarrollo por aglomeración que se usó.

Segundo, está el logro, con debilidades, pero logro, de desplegar la computadora por todo el país. A esto hay que matizarlo con la cuestión del para qué, que nunca estuvo bien respondida. Una vez que todos tienen computadoras, ¿qué debería pasar? No está para nada claro, por falta de evaluación y de cuidado en la implementación.

Lo que lleva a la tercera cosa: ¿qué hacer ahora con las computadoras en el campo, y las que vendrían? Porque tampoco se trata de ignorar o despreciar una inversión de esta escala. Si algún gran reproche hay que hacerle al ex-ministro Chang, de regreso en su comarca sanmartiniana, es que nunca hizo el más mínimo esfuerzo por convertir a OLPC en política de estado. Es fácil desmontarla porque no se planificó qué lograr, no se hizo nada para que fuera algo más que un proyecto de los cuantos funcionarios de DIGETE, sino del país como un todo. Grave error.

Sin duda, lo primero por hacer es planificar el estudio de lo logrado; algo se ha avanzado, pero no se tiene completas certezas de qué se puede esperar de estas computadoras. Luego también es necesario decidir qué hacer cuando las computadoras hayan de ser dejadas por los estudiantes que ya no puedan o requieran usarlas, cuando los nuevos escolares requieran nuevas, cuando haya que pensar en la secundaria y en la educación terciaria.

Desde un plan de contingencia hasta planes de largo plazo, claramente organizados y consensuados para que no puedan ser cancelados por el gobierno del 2016, esa es la tarea. La educación peruana requiere muchísimos cambios, algunos inmensos, otros menores y administrativos. OLPC no es ni ha sido ni será la solución a todos estos problemas, pero hay que evitar que se vuelva un problema ella misma.
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lunes, 13 de junio de 2011

Para los próximos cinco años 1: gobierno electrónico

Este es el primero de cuatro posts en donde trataré de proponer una muy simple, y sin duda sesgada, agenda TIC para el próximo gobierno. Saldrán uno cada día de esta semana.

Poco se ha avanzado en el gran tema de gobierno electrónico. Tenemos una norma legal sobre privacidad de datos, lo que sin duda es un aporte, pero es un asunto pendiente desde hace por lo menos cinco años. No tenemos una visión coherente, porque con el respeto que me merece la gente que trabaja en la Agenda Digital 2.0, seguimos pensando en el aparato estatal por fuera de la sociedad, y carecemos de una perspectiva integrada y general, con agenditas predominando.

Mientras tanto, los sitios web del estado siguen siendo una combinación de boletín de normas legales con boletín de relaciones públicas, sin integrar el servicio al ciudadano como parte de su rol; en algunos casos lo hacen mejor que otros, pero eso no exime de la falta de coherencia. Tampoco tenemos una buena política de preservación digital, o de transparencia digital. Nos falta eso, visiones coherentes, para planificar mejor el trabajo a mediano plazo. Y también nos falta que se respondan los correos electrónicos que el público envía a la dirección en la página; es decir, estándares de servicio a partir de los compromisos adquiridos en la página web.

La tarea de la nueva administración será aliviar la carga de expectativas internas. Dejar de lado la grandielocuencia de la sociedad de la información, que finalmente no dice nada concreto, y pensar qué realmente hará que los peruanos tengan una vida mejor a través de la Web. Sea mejores sitios web, sea coordinación de servicios en los tres niveles administrativos del gobierno, sea promover servicios específicos como pagos digitales. No es tanto lo específico como el desarrollar visiones propias que además, sirvan para priorizar lo que realmente es urgente y relevante, más allá de la enorme lista de necesidades.

¿Será esto posible? Mucho dependerá de las personas en ONGEI, pero sobre todo de la importancia que se le dé a esto a nivel político. Si se lo ve como relleno, no habrá esperanza; si se lo ve como prioridad de modernización, podrán pasar cosas interesantes.
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jueves, 9 de junio de 2011

Naciones Unidas y el derecho a la Internet: ¡lean el reporte, por favor!

Tormenta absurda en una taza de café, es la que se ha armado con el "Reporte del rapporteur especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y expresión", que se ha convertido en algunas versiones delirantes en que "la ONU declara el acceso a Internet como derecho humano".

En primer lugar, se trata de un reporte ante el consejo de derechos humanos de la ONU, no ante la Asamblea General, firmado por el reportero especial, Frank La Rue. En segundo lugar, es un conjunto de recomendaciones que analizan la situación de utilización de la Internet y que bajo premisas muy similares a las que aparecen en la fallida propuesta de Declaración de Derechos Digitales que hicimos el año pasado, establece que limitar el acceso a Internet trae consigo una serie de problemas, entre los cuales aparece el punto 21, que dice
"By explicitly providing that everyone has the right to express him or herself through
any media, the Special Rapporteur underscores that article 19 of the Universal Declaration of Human Rights and the Covenant was drafted with foresight to include and to accommodate future technological developments through which individuals can exercise their right to freedom of expression. Hence, the framework of international human rights law remains relevant today and equally applicable to new communication technologies such as the Internet. "
En otras palabras: que las provisiones sobre libertad de opinión y expresión de la Declaración Universal de Derechos Humanos son aplicables a la Internet. Completamente distinto.

El documento es muy interesante, y debería ser revisado con cuidado. Lástima que no lo esté siendo, y que muchos se apresuren a sacar conclusiones sesgadas.