domingo, 30 de diciembre de 2007

Algunos temas del 2007 (1)

Llegado el final del año, es hora de hacer algo parecido a un balance. No se trata de cubrirlo todo, sino de marcar tendencias que han sido significativas a lo largo del 2007 y que pueden ser importantes para los próximos años. Son menciones relativamente breves, que de haber interés pueden ser ampliados en posts completos a lo largo del verano.

La nube toma forma
Si no has usado Google Apps, deberías. No reemplazarán al Office (de Microsoft o el Open) o algún otro paquete más oscuro, pero no por ello es una mala alternativa, especialmente si en un grupo de trabajo todos tienen una cuenta Google: se lo puede tratar como un wiki...

Aunque está lejano el día, la nube bien puede reemplazar al disco duro. Claro está, hay problemas, desde prácticos hasta legales, pero nada en principio que no haga viable que algún día, una especie de Skynet manejada desde Mountain View permita a todo tener todo lo que necesiten enganchado desde terminales medianamente bobos, en cualquier lugar del mundo. El 2007 ha sido el primer año en donde el concepto de la red como la aplicación, no solo como el mecanismo de conexión a información, puede ser experimentado siquiera un poco.

Lentamente, olvidamos la web 2.0
La palabreja de moda el 2006 ha pasado a ser ruido de fondo. A pesar del éxito de Google Apps (modesto sin duda), la Web 2.0 está dejando de ser el "paradigma". Como nunca significó nada concreto, fue fácil perderla entre las distintas exageraciones y atribuciones sin sentido. Espero que desaparezca por completo el 2008 para ser reemplazada por conceptos o por lo menos por términos más descriptivos.

La sombra que lo cubre todo
Dejando de lado la opinión que pueda tener sobre su implementación en el Perú, lo cierto es que la computadora del proyecto OLPC, la XO-1, es un gran logro tecnológico. Las consecuencias de su popularización pueden ser variadas al extremo, pero probablemente cambie los términos de diseño para las computadoras portátiles en el corto plazo.

Para el Perú, sirve como demostración de al menos tres cosas: la ausencia de una política educacional, porque lo único que se está haciendo en realidad es comprar computadoras, sin considerar lo que implican para el sistema en su conjunto o para el proyecto que se quiere lograr, incluido lo que el consejo nacional de educación está proponiendo. En segundo lugar, es la encarnación misma de las ilusiones de muchos hackers, que ponen en ella una combinación de experiencias propias con sueños sin mucho fundamento, pero que no comparten una narrativa común, sino que coinciden vagamente en impresiones similares. Es interés, al mismo tiempo que impresionante, ver cómo cada quién lee en la XO-1 el potencial que quiere.

Pero en tercer lugar, es un peligro para las propias computadoras como herramienta educativa. Pasado el primer reflejo de impresión y fascinación, mi temor es que se las vea como juguetes, no en el sentido que sean inútiles, sino que simplemente sirvan para entretenerse, para eludir el problema de fondo respecto a las carencias de la educación. A mediano plazo, cuando se vuelva a plantear el tema, ¿cómo será recibido por una población que ya fue expuesta al tema dos veces en dos gobiernos seguidos, con fracasos similares?

Claro está, puede que esté equivocado. De ser así, lo diré; pero eso no me quita el desagrado que el silencio oficial y la falta de objetivos concretos me produce. Tengo previsto escribir tres cosas largas sobre el tema en los próximos meses. Watch this space.

Posts sobre este tema:


Publicidad: pistas más allá de los medios masivos
Por esas contradicciones de las leyes de oferta y demanda, el precio de la publicidad televisiva en los Estados Unidos está subiendo a pesar que los ratings siguen bajando. ¿Por qué? Es lógico: es necesario pasar más avisos para que la cantidad deseada de personas vea un mensaje. Es ridículo: se sigue pensando en la televisión como el medio privilegiado. Que esta acotación no sea aplicable en el Perú no deja de servir como punto para comentar la cada vez menor viabilidad de la publicidad como la conocemos.

En tiempos como los que corren, la publicidad tiene dos formas viables: todo el rango del BTL, y la publicidad digital, automatizada, con costos transparentes y retornos más evidentes. No se trata de negar el rincón que los medios todavía pueden tener, pero es cada vez más obvio, y el 2007 ha sido un buen testimonio, que no basta un buen aviso o una campaña inteligente para captar la atención de audiencias cada vez más fragmentadas y dispuestas a relacionarse con sus proveedores mediáticos de maneras más agresivas.

Posts sobre este tema:

Si pues, Vista es un fracaso
A pesar de las ventas, lo que convierte a Vista en un fracaso es la impresión general de no ser más que una interfaz más o menos decente sobre la misma fallida colección de inseguridades y enredos. La interfaz misma no ofrece mucho más que lo que la ya madura del OS X de Mac, con el agravante que la de Mac funciona con Unix debajo y aquí no es el caso.

Pero lo que completa la catástrofe es el exceso de seguridad para el DRM, no para el usuario. Diseñado para proteger la propiedad intelectual de Microsoft pero también para que las corporaciones mediáticas se sientan tranquilas, es complejo hasta la inutilidad. Lástima, pero si se lo junta con la cuestión de la nube, se ve claramente que Microsoft está con serios problemas de rumbo; como IBM a mediados de los ochenta, o Apple a mediados de los noventa.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Más sobre la "Apple Store"

No, no es una Apple Store. Como explica muy bien MundoMac, una "Apple Store" es una tienda operada directamente por Apple, no un distribuidor o vendedor autorizado. Todo indica que lo que hay en el Jockey Plaza es un revendedor autorizado que está poniendo el logo de manera quizá no muy kosher.

Añadido de enero 2008: efectivamente, es un revendedor autorizado, como lo indica el plástico añadido debajo del logo de la manzana.

Como la gran Katie Hafner explica en este artículo de la vieja señora gris, una Apple Store es un espacio de ventas espectacularmente logrado, con niveles de éxito enorme a partir de una inversión grande bien estudiada. Imposible en el Perú, no solo porque las costumbres locales son poco compatibles con el estilo de la tienda, sino porque solo se justifica en un mercado seguro. Que no existe aquí.

Habrá que conformarse con el cubo, siquiera a la distancia.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Arahuay superstar: la nota de AP sobre OLPC en el Perú

Hace unas semanas, un periodista de Associated Press estuvo casi una semana en el Perú para ver qué pasa con OLPC. Acaba de salir su nota, en versión en inglés, en español, y el rebote en Slashdot con un interesante debate.

¿Algo nuevo? El artículo es sobre todo expositivo, incluyendo una mención rápida a mi nombre por el lado crítico. No se acerca al problema de fondo, sino que repite buena parte de los puntos de vista conocidos: el entusiasmo de los estudiantes, el éxito en la comunidad, la "apropiación" por los chicos, el riesgo con el mantenimiento. Como bien dice un comentarista en Slashdot, no se dice mucho sobre el cambio educativo real, puesto que se mencionan potenciales: el potencial de aprovecharla para la educación, el potencial de comunicación, el potencial de "empoderamiento". Este es un tema que me gustaría retomar en próximos posts.

Pero más interesantes es el choque de expectativas: mientras que se cita a Oscar Becerra diciendo que se desearía lograr que el éxodo de las comunidades andinas se detenga gracias al empoderamiento con las XO, lo que muchos chicos indican, y lo que la historia de las migraciones sugiere, es que los que estén mejor preparados para el mundo "exterior", se irán hacia él, no al revés. La historia peruana es un buen indicador: el empoderamiento individual no resulta en mejoras colectivas, sino todo lo contrario, mientras que las comunidades que encuentran una manera de articularse con el mercado y la sociedad urbana a partir de sus propias experiencias y ventajas, logran siquiera en algo consolidarse. El caso Huayopampa sirve como ejemplo.

En fin, temas para regresar, e indicaciones que seguirá apareciendo el tema OLPC en este blog.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Mis deseos navideños

O por el solsticio de verano, si prefieren lo pagano...

Esto no es una lista de regalos; ya quisiera. Es apenas una relación de las cosas que me gustaría funcionaran mejor, o simplemente funcionaran, el 2008. Las he dividido en dos partes: seis cosas que pueden cambiar, y siete cosas que definitivamente no van a ocurrir (multipliquen y verán que es el número más importante lo que está detrás).

Lo que puede ocurrir:

1. Quisiera competencia en banda ancha domiciliaria, para que no tengamos como única opción a Speedy y su discutible calidad de servicio, y sus precios altos en comparación con la región.
2. Quisiera un iPhone con jailbreak permanente.
3. Quisiera que mi próxima PC tenga XP, y que no tenga que acercarme jamás al Windows Vista; mejor aún, quisiera que mi próxima computadora laboral sea una Mac, como mi computadora privada.
4. Quisiera que las transmisiones de Fórmula Uno vengan con una segunda señal con toda la telemetría, para no tener que conectarme a una página web para verla.
5. Quisiera una Wii.
6. Quisiera que el trabajo que está haciendo la comisión para la televisión digital en el Perú sea respetado, y permita que nos planteemos seriamente la discusión de una política de medios masivos en el país.

Lo que no va a ocurrir:

1. Quisiera que hubiera una Apple Store en Lima, gracias al tratado de libre comercio, con ventas en línea y precios cercanos a los de la Yuma. (No, no va a ocurrir ni el 2009).
2. Quisiera un servicio internacional de video por demanda que incluya a todos los grandes proveedores de contenidos, y que permitiera bajar, además de ver en stream, cualquier contenido, por un precio flat o por lo menos sin variaciones radicales.
3. Quisiera un feed satelital directo para ver fútbol, para no tener que escuchar narradores o comentaristas nacionales o extranjeros.
4. Quisiera que el Ministerio de Educación convocara un debate sincero y amplio sobre para qué queremos que los estudiantes del país tengan una computadora.
5. Quisiera que se dejara de hablar de la brecha digital, de la e-inclusión y de la sociedad de la información.
6. Quisiera que el gobierno de Alan García tuviera una política pública para el desarrollo de la ciencia y la tecnología.
7. Quisiera una reforma en la legislación sobre medios en que se creen mecanismos para asegurar la solvencia económica de las empresas involucradas y que tenga además consideraciones para desarrollar medios públicos, no comerciales y regionales.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Wikipedia y Google Knol: papas y camotes

¡Ah, los periodistas! El reflejo sensacionalista los ataca en los momentos más inesperados, incluso cuando se trata de temas de interés francamente geek. En estos días, la atención ha sido atrapada por Knol, el proyecto de Google para crear una especie de enciclopedia en línea. Se lo llama "competidor de la Wikipedia", lo que creo es una lectura desproporcionada.

Aclaro de inmediato que no he visto Knol todavía, y probablemente me tome un tiempo. Está en un beta privado, donde solo los que Google considera como invitados calificados serán llamados a meter contenido en el sitio. Obviamente no estoy entre los elegidos, pero la idea general está clara y creo que se puede proponer hasta tres dimensiones en donde Knol y Wikipedia presentan nociones distintas de creación de contenido. Esto hará fascinante el proceso de Knol, y quizá sirva para deslindar algunos debates particularmente densos.

1. Autores versus comunidades de interés
Lo dice Google en su lanzamiento oficial de Knol: se trata de visibilizar a los autores. Cada artículo estará firmado y será propiedad del autor; podrán haber muchos artículos sobre un solo tema; Google no hará más que poner orden mediante sus algoritmos de búsqueda, sin intervenir en los contenidos. Esto es claramente distinto a la Wikipedia, que se precia de tener un solo artículo a disposición de cualquier editor potencial, sin identificar a los autores, ejerciendo control editorial sobre el producto final, como he comentado aquí mismo.
Esto hará posible citar a un knol (una entrada, también una "unidad mínima de conocimiento según la muy geek definición que han inventado). Si, digamos, Julio Cotler escribe sobre el estado peruano, su knol será popular y sin duda, se aceptará su valor académico; si lo hace algún pretencioso estudiante de EEGGLL que acaba de llevar Realidad Social Peruana, asumo que nadie lo tolerará en una monografía. Mientras que el valor de la Wikipedia como obra de referencia es inevitable débil, por su misma lógica de creación, cada knol individual valdrá lo que su autor. Supuestamente, la capacidad de los lectores le dará valor y los algoritmos de Google reconocerán ese valor, poniéndolo primero en la lista cuando se haga una búsqueda sobre un tema determinado.

2. Contenidos a la antigua o la riqueza de las redes
El modelo de autores hará que Knol dependa del interés de individuos, más o menos motivados, para darle vida. La Wikipedia es el ejemplo canónico de la riqueza de las redes, este concepto de Yochai Benkler que nos dice que en la economía del conocimiento, la producción se organiza en redes donde el valor del trabajo encuentra su reconocimiento en formas no monetarias que producen valores monetarios en otras esferas y otros momentos (estoy simplificando ideas expresadas en un libro de 500 páginas, así que tengan tolerancia a la explicación). Como dice con entusiasmo de convertido Umair Haque, la lógica de comunidad de intereses le da una fortaleza a Wikipedia que nunca tendrá Knol; el resto de comentarios de este blogger me parecen menos pertinentes, pero igual, lo que queda es que son dos modelos de creación de contenidos completamente distintos y por lo tanto, esencialmente incomparables.

3. Sostenibilidad
Esto nos lleva a plantearnos la sostenibilidad: mientras Knol vivirá, más allá del interés de Google en mantenerlo en línea, si es aquellos que pueden ofrecer calidad se animan a participar, Wikipedia necesita de una masa crítica de creadores y otra de usuarios para continuar expandiéndose. En el primer caso, las ganancias monetarias provenientes del avisaje en cada knol podrían funcionar, convirtiéndose en motivación para la participación, y creando un círculo virtuoso de consultas que lo haga atractivo. En el caso de la Wikipedia, no es inverosímil pensar que el apetito del público continue pero que la capacidad de creación, y sobre todo la intención de colaborar monetariamente con donaciones, no se sostenga en el tiempo. En cualquier caso, sean exitosos o no, ambos proyectos parten de modelos tan distintos que bien pueden funcionar maravillosamente, o fracasar estrepitosamente, sin que uno influya al otro.

Obviamente, habrá que esperar. Pero creo que las cosas van por caminos distintos.

sábado, 15 de diciembre de 2007

No estoy loco, es publicidad

Al parecer no es una tecnología nueva, pero el uso que ha recibido resulta no solo novedoso, sino francamente rayante: cuando alguien camina por delante de una valla en SoHo, en Nueva York, escucha voces en su cabeza. Una mujer dice, como al oído, "¿quién anda ahí?"...

Es una tecnología llamada Audio Spotlight, que envía una onda de sonido concentrada y focalizada, diseñada para que suene dentro del cráneo de una persona. En este caso, es publicidad para un especial sobre cuestiones paranormales para A&E.

Hace tiempo, un colega me decía que la publicidad y en general los medios masivos latinoamericanos resultan innovadores por la falta de restricciones: puede hacer lo que quiera, y entonces termina siendo original porque en otros sitios, las regulaciones impedirían hacer lo que hacemos. En lugares en donde hay restricciones a lo que se puede decir, la innovación tiene que ser el dónde se dice lo que está permitido. Este es un buen caso.

Igual: da miedo. Más información en este artículo de Advertising Age.

La era post-Adversus

He cerrado definitivamente Adversus OLPC, mi blog temático sobre la implementación del programa en el Perú. No he abandonado el tema. Seguirá siendo tratado aquí, cuando las circunstancias lo ameriten.

Por ejemplo: esta nota de AFP, donde se ven siquiera de manera esquemática, las dos posiciones sobre el tema. Una cita rápida a algo que declaré al Comercio, frente a la opinión de un profesional que merece mi completo respeto pero que creo es demostración palpable del optimismo excesivo que está tras esta idea.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Adieu, comunicación social

Tras cinco años, hoy termina mi relación con CCO131, Comunicación Social en Estudios Generales Letras. A partir del próximo semestre tendré otras responsabilidades, así que dejo un curso que disfruté enseñar y al que espero regresar pero en un número indeterminado de años en el futuro relativamente mediato. Me voy porque es bueno cambiar, no porque me haya aburrido o no lo disfrute.

Quiero eludir las reflexiones más pedagógicas que han atormentado recientemente a Martín Tanaka, para centrarme en la temática misma del curso y su relevancia en la formación académica. No lo hago porque desprecie el ángulo educacional, sino porque creo que primero que nada, se tiene que tener claro qué está haciendo uno como académico con relación a lo que enseña, y luego el para quién lo enseña. Las metodologías y técnicas salen como consecuencia, y prefiero pensar en voz (o letra) alta sobre qué hace uno enseñando comunicación social en EEGGLL aparte de servir de propagandista para una facultad o de seductor (en un sentido cognitivo, si cabe) de estudiantes indecisos profesionalmente.

El punto de partida para el curso fue reflexionar sobre cómo funciona la comunicación; esto suena muy "funcionalista", sin duda, pero es pertinente porque las ideas con las que los estudiantes llegan son terriblemente prejuiciosas: la televisión es mala; la prensa busca la verdad, salvo los mermeleros que son la mayoría; la opinión pública es creada por la prensa; cosas por el estilo. Establecer las líneas de conexión entre el negocio de la comunicación, la práctica de la comunicación y el lenguaje de la comunicación, sea creativa, noticiosa o publicataria, es el propósito final. Es entonces un ejercicio de alfabetización mediática.

Probablemente, buena parte de lo que exponía en el curso podría haber sido motivo de un buen curso escolar; finalmente, se supone que a la universidad se llega alfabetizado, y se avanza hacia otros saberes. Sin embargo, hay todavía un divorcio entre el "entretenimiento" y la "cultura seria", que las entrecomillo para no meterme a hacer definiciones formales. Lo mediático es apenas merecedor de epítetos, mientras que la cultura que viene en libros y de academias de la lengua es la que merece atención en la escuela. El desprecio que lo mediático masivo recibe termina en una apropiación intuitiva, apenas basada en la experiencia familiar o el prejuicio de los grupos de referencia inmediatos.

Esta base formativa debería servirle a los ciudadanos y consumidores futuros, más que a los comunicadores potenciales. No es que sea inútil para el comunicador, sino que es tema de las primeras dos semanas de un par de cursos y ya está. Por eso siempre insistí que el curso no era para futuros comunicadores, sino para ciudadanos conscientes. Esto refuerza aún más la encrucijada escolar: ¿no deberían salir listos para ser ciudadanos? Por otro lado, el curso tiene teoría, y algo densa, y también reflexión sobre la comunicación interpersonal, que no tiene mucho que ver con la cuestión mediática.

La teoría sirve para dar un salto: el estudiante tiene que aprender a conceptualizar, a trascender los hechos para establecer patrones y relaciones. Leer y tratar de aplicar la teoría, en particular sin la ayuda del profesor, obliga al estudiante a reconocer sus limitaciones o a descubrir su capacidad para trascender la experiencia en clases hacia el desarrollo propio de ideas. Es arriesgado porque los primeros pueden resignarse a sus propias limitaciones o ni siquiera darse que están ahí; en este caso, opto por privilegiar el beneficio para los que pueden ser mejores en desmedro de los otros. Uno tiene que escoger, y en este caso lo he hecho todos los semestres y he quedado contento.

Lo segundo es simple: incluso en un curso de comunicación social, no se puede ignorar que siempre aparece el lenguaje y con él, su aplicación cotidiana, en la forma de actos de comunicación. Lo interpersonal resulta siendo la forma básica a ser identificada y analizada en los actos de comunicación masiva, y por lo tanto lo primero es necesario para entender lo segundo.

Quedan cosas en el tintero: me gustaría evaluar lo que pasa entre aquellos que no fueron a la facultad de comunicación y su relación con la comunicación social. Cómo procesan los actos, cómo leen los medios, cómo establecen el vínculo entre industria, oficio, práctica y estética que está en la base de la comunicación en una sociedad masiva, urbana y occidental, como lo es el Perú.

Finalmente: gracias a mis estudiantes. He tenido mucho muy buenos, desde el primer semestre que dicté hasta este 2007-2 en que realmente la pasé bien con el grupo que me tocó; ustedes saben quiénes son. He tenido cachimbos, algunos grupos mejores que otros pero en general buenos; he tenido estudiantes que no estaban interesados en comunicaciones pero que llevaron conmigo por sana curiosidad intelectual. Han habido malos estudiantes, en la mayoría de casos por inmadurez o falta de responsabilidad, que espero logren enfrentar sus propias carencias y mejorar. Algún imbécil también, que en el balance final no sirve sino para confirmar que imbéciles hay en todas partes.

Lo que sí puedo decir: si disfrute dictar en Generales, si disfrute dar clases sobre temas que no son realmente mi especialidad, si toleré la corrección de exámenes, si cada semestre que regresé lo hice porque quería, no solo porque debía, fue por los estudiantes que tuve. A ellos las gracias, no por los buenos ratos o los logros académicos, sino porque a la larga, les debo haberme hecho alguien un poco mejor.

martes, 11 de diciembre de 2007

Televisión Digital: ideas a propósito de la opinión de Mirko Lauer

En su columna del domingo 9 de diciembre, Mirko Lauer propone a discusión el tema de la televisión digital, hasta ahora dejado al nivel de notas de prensa y ligeras menciones en espacioes como este. Saludable decisión, y motivo para ligeras aclaraciones y ampliaciones.

Lauer da en el clavo prácticamente en todo, salvo en detallitos como la relevancia de un estándar técnico a la hora de organizar la televisión: si se diese el escenario favorecido por las empresas actuales de televisión, ganaría el ATSC, que tiene como principal gancho la entrega de frecuencias a los operadores existentes, los que ya verían si usan parte de las innovaciones que permite el estándar para ampliar el número de canales, pero bajo sus términos. No es el caso con los otros dos, que están diseñados para priorizar otras cosas, pero que no niegan la posibilidad de televisión de alta definición o "mobility" como parte de la oferta.

Este es el quid del asunto: la televisión digital, que bien puede no ocurrir por unos buenos 10 años todavía, está basada en el mismo estándar de codificación de video y audio, por lo que las señales subyacentes son las mismas. Lo que cambia es el modelo de distribución, priorizando una u otra manera por encima de las otras. Para aquellos que tienen el control del espectro en la actualidad, el modelo preferido puede ser evitar la competencia; para los que están fuera, cualquier modelo que privilegie la ampliación de opciones desde el vamos resulta más atractivo.

Es una cuestión de política de comunicación, entonces, antes que cualquier otra cosa. Agravada porque la televisión digital puede ser un mecanismo para ampliar los canales de acceso a otros servicios, como telefonía móvil, datos (Internet) o una combinación de ambos, lo que quiere decir potencial competencia para los operadores dominantes en esos sectores, que en el Perú significa Telefónica y en menor medida Telmex. A esto hay que añadirle que no hay restricciones a la inversión extranjera en televisión, según la reciente resolución del Tribunal Constitucional, con las atingencias del caso (reciprocidad en el trato, que puede significar que no signifique nada porque en todas partes hay restricciones, comenzando por los Estados Unidos), con lo que tendríamos un escenario de negociación intensa por el control de las frecuencias, porque acceder a ellas daría acceso a una serie de opciones que los viejos broadcasters jamás imaginaron. Convergencia, que le dicen.

Si a esto añadimos que fuera de Lima, e incluso dentro de ella, la televisión de señal abierta y de pago sufre de precariedad, informalidad y piratería, tenemos que el terreno está bien disparejo. Podemos elegir un estándar pero no hay garantía que incluso con el mejor y más sincero esfuerzo del Estado Peruano, pase mucho. La torta publicitaria, como bien indica Lauer, es pequeña y no tiene por qué crecer mucho; la multiplicidad de canales no tiene que significar más programación local, sino mayor dependencia de contenido barato, el que ya predomina en nuestras ondas (como bien indica José Alejandro Godoy en un buen post sobre RBC); y quizá la implementación se tome tanto tiempo que tengamos alguna innovación radical que arrastre tras suyo a la televisión como la conocemos (¿una suerte de Slingbox global, quizá?) y que nos deje con la televisión digital en las manos pero sin nadie que la quiera usar.

En otras palabras: incluso si elegimos bien, puede que nada muy importante pase. Pero si elegimos mal, nada bueno pasará.

Postdata: un ensayo de Gustavo Gómez Germano sobre el tema, que puede servir para aumentar la argumentación desarrollada en los posts de este blog.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Revisitando gracias a la Vieja Señora Gris

Sobre temas ya posteados aquí, vínculos de hoy del New York Times:

Amplia cobertura sobre la nueva estrategia de distribución de RadioHead (tocado aquí).
Las guerras cibernéticas: los chinos atacan, o así parece, o a lo mejor no son los chinos (tocado aquí y antes aquí).

sábado, 8 de diciembre de 2007

Chávez, la propiedad intelectual, y los problemas del justo medio

El proyecto autoritario de Hugo Chávez se topó con un bache, pero probablemente repare los muelles y siga para adelante. Será motivo para enfrentarse de nuevo con una de las situaciones más complicadas que trae el "socialismo del siglo XXI", que es la combinación de propuestas interesantes pero específicas en el gran contexto del modelo personalista, primario exportador y esencialmente sin viabilidad económica propia, que plantea don Hugo.

Uno de los aspectos más complicados es el de propiedad intelectual. El regimen actual, predominante en el mundo, es fundamental inequitativo, porque concentra el poder en los derechohabientes, no en los creadores mismos. El creador artístico o intelectual termina sometido a los vaivenes de los intereses corporativos que definen la oferta, y a la larga no pueden ser sino objeto de transacciones económicas que favorecen al derechohabiente. Es la polémica que el software libre, el P2P y las redes de intercambio han creado, y en el que la piratería extendida por todo el mundo nos pone en una posición complicada.

Este post, que salió largo, continua en esta GooglePage. Si quieres comentarlo, házlo en este sitio.

viernes, 7 de diciembre de 2007

La crisis de confianza en Wikipedia

Uso la Wikipedia desde el 2003, fácil. He creado un par de artículos y editado muchos, siempre en la versión en inglés; la versión en español, ante sus problemas, nunca me llamó mucho la atención. Creo que es un buen recurso para comenzar a investigar, no para investigar académicamente, y es más el reflejo de las obsesiones de los habitantes del mundo digital que de cualquier interés serio en el conocimiento humano.

Es fácil burlarse de ella: sea con sátira, como The Onion, o por su inconsistencia editorial (las controversias que obsesionaron a Ocram por ejemplo) o por las ocasionales barbaridades cometidas por algunos necios, como el artículo principal del 8 de diciembre del 2007, que a las 10.58 pm estaba así, pero que a las 11.02 ya estaba en buen estado. Pero al parecer hay bastante más ocurriendo tras el aparente proceso civil y consensual que se supone yace en la base del proyecto.

Primero: los editores principales parecen tener un sistema privado, oculto, de comunicación entre ellos, que les permite "banear" a aquellos que parecen encaminarse a ser editores estrella, para impedirles acumular poder. Este tema ha sido manipulado al más alto nivel (por el mismísimo Jimbo Wales, el promotor de la Wikipedia), y no está resuelto.

Peor aún: citando a The Register en este amplio y detallado artículo, "The Wikipedia elite blacklisted Judd Bagley because he accused them of using their powers to hijack reality." Al bloquear a este caballero, han bloqueado una gran cantidad de potenciales usuarios simplemente porque quieren evitar que siga una controversia confusa y al parecer personal. Ocultos tras los nicks impenetrables, los wikipedians no han sido precisamente transparentes.

De acuerdo: la Wikipedia no es una democracia, sino un intento muy poco estructurado de meritocracia, como el mismo Wales ha dicho. Pero tampoco es un wiki, en realidad. Creada como tecnología para facilitar la publicación rápida y la colaboración, la wiki no es un espacio natural para que tanta gente escriba sobre tantas cosas, porque es lo más natural que se salga de las manos de los creadores. El resultado es un espacio que sin ser malo es más desordenado e inconsistente de lo que un wiki con poca gente podría ser. Claro está, sería imposible hacer una enciclopedia de la escala que ha terminado siendo la Wikipedia usando otros medios, como los fracasos previos, los intentos truncos, y los probables fracasos por venir, lo demuestran.

Quizá sea que la Wikipedia ha llegado a un tamaño excesivo para su propio bien. Demasiados artículos implican demasiada trivialidad y mucho ruido; hay un énfasis inevitable en lo popular, tanto en la consulta como en la creación. A pesar de los múltiples niveles de control editorial, que van desde el borrado o restauración rápida cuando es necesario hasta la discusión larga y tendida de las controversias, igual se cuela basura, a veces en sitios importantes. Quizá es la mejor demostración de los límites de la creación colectiva que se asume en la base de eso que se llama, confusamente, la Web 2.0.

También un inevitable proceso de creación de poderes fácticos hacia adentro, que lentamente actuaran como "dueños" porque no quieren perder control del producto, a pesar que en principio, no debería existir algo así como control. Este proceso no busca garantizar la calidad porque no es su propósito, como se discute en este buen pero denso artículo académico. Es una "ilusión de hackers", que presumen que el orden surgirá solo, sin más esfuerzo que la imposición de una meritocracia benigna; la idea de poner una copia en las XO-1 es un ejemplo de esta actitud: ¿realmente es un recurso que vale la pena poner en manos de millones de chiquillos desinformados? No, si la intención es que sea una fuente de información; sí, y mucho, si la idea es que del espíritu y práctica de la Wikipedia surga la misma vocación de registrar la realidad y "cambiar al mundo", como lo proclama su banner de donaciones.

Seguiré leyéndola y disfrutándola, pero quién sabe si pronto caerá bajo su propio peso...

miércoles, 5 de diciembre de 2007

¡Catástrofe! Se cayó la Internet

De acuerdo a The Onion

Breaking News: All Online Data Lost After Internet Crash

Ultimas noticias: todos los datos en líneas perdidos tras colapso de la Internet

Para mis amigos periodistas: un poco de sátira en las biografías de los presentadores de la Onion News Network. Recomiendo en particular la de Lane Everett y su cobertura de un huracán desde dentro del huracán.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Beacon: una explicación para seguir explorando

Aunque no es el servicio más popular en nuestro país, Facebook es un paradigma entre los "software sociales", estos sitios dedicados a que uno tenga una presencia virtual con conexiones, amistades y relatos. Originalmente un sitio para estudiantes universitarios, su éxito lo llevó a pensar una alternativa más o menos radical de conexión entre sus usuarios y el marketing. Es tema de estudio académico, como lo muestra este trabajo.

Beacon, el servicio que lanzaron, era innovador porque permitía rastrear y publicar las compras y visitas en línea de los usuarios. Digamos que el miembro de Facebook alquila un video, compra un libro y visita un sitio de citas en línea: todo esto aparece en el perfil de Facebook, lo que permite por un lado más información sobre lo que uno hace para los amigos de la red de Facebook, pero también rastreo de patrones de compra.

La protesta de los usuarios fue fea: 50.000 pidieron que lo dejaran de hacer. Facebook ha tenido que cambiar las reglas y poner a Beacon como un servicio opt-in, es decir que hay que pedir que se active; antes era opt-out, uno pedía que lo sacaran.

Un blogger ha hecho una conexión interesante entre este hecho y la teoría social. Usando el concepto de "frente" de Erving Goffman (con el que no estoy familiarizado) se nos dice que cada día nos convertimos en distintos personajes según el frente en el que estamos; no somos la misma persona (o personaje) en cada espacio de acción en la vida social, sino que optamos por presentarnos de maneras distintas según el público al que enfrentamos.

Beacon revelaba nuestros múltiples "frentes" a las personas que compartían solo uno: nuestro frente expuesto en Facebook. Entusiasmados por la sinceridad que exponían los usuarios (leí en The Economist que cerca al 90% de los Facebookers declaraban su ciudad sinceramente), se pensó que ese comportamiento se extendía a todos los espacios que uno habita. Todo indica que no es así.

Esto abre espacios interesantes para la investigación. ¿Cuán conscientes son los chiquillos en Hi5 del frente que están creando? He llamado, casi informalmente pero en un libro que no circula en el Perú, software exhibicionista a sitios como Hi5, porque se prestan para eso. Parece ser que algunos consumidores más sofisticados no son tan exhibicionista después de todo. Food for thought...

Añadido: en el New York Times presentan cómo funcionó Beacon y la manera como el problema fue creciendo.

sábado, 1 de diciembre de 2007

CIRN 2007 - Communities in action conference

Tuve el privilegio de asistir a esta conferencia pequeña pero sabrosa, que tiene ya cuatro años. Salvo la versión del 2005, en Ciudad del Cabo, su sede ha sido la espléndida sede del Monash Centre en Prato, Italia.

El propósito de este evento es juntar a la gente que se dedica al más bien específico campo llamado "Community Informatics", que es algo así como la utilización desde y para la comunidad de la informática. Como tal, es una de esas definiciones que pueden significar algo para los interesados como no; mi impresión es que el grupo no tiene más coherencia que la que la experiencia compartida brinda, y que debe haber mucha gente alrededor del mundo que hace lo mismo que el grupo pero que no se ha enterado de, o que considera relevante, la existencia de este grupo en particular. La entrada en la Wikipedia sirve para mostrar la amplitud de la aproximación junto con la especificidad de la temática.

Esto no hace a la Red de Investigadores en Informática Comunitaria (CIRN) menos interesante. Es un grupo más de practitioners que de investigadores académicos, lo que tiene su utilidad y sus limitaciones; pero es un grupo ecléctico, variado y sobre todo dúctil, que no guarda particular relación con profesiones específicas, a pesar de la predominancia de informáticos y bibliotecarios (yo llegué allí por viejas conexiones de mis tiempos de bibliotecario).

El sesgo más serio es el anglosajón. El idioma de la conferencia es el inglés, es organizada por una universidad australiana, y el grueso de los presentes viene del mundo angloparlante. Hay relativamente pocos estadounidenses, lo que no es ni bueno ni malo, y obviamente hay muchos australianos. Solo una africana y un latinoamericano (bueno, podrían ser tres si contamos a los portorriqueños, pero esa conversación es para otro día) entre los ponentes, algunos asiáticos de los "ricos" y ahí termina. ¿Cuál es el problema aquí? Precisamente el sesgo anglosajón, que para cualquier efecto implica "países ricos" y por lo tanto preocupaciones más bien distintas a las que los del "sur global" nos inclinamos.

El otro gran sesgo es metodológico: como la preocupación viene de las comunidades, abunda el trabajo etnográfico, que expone lo que se hace en cada instancia y lo que se logra, pero que no necesariamente trata de enlazar con otros aspectos de la vida social o de la implementación tecnológica en una sociedad dada. No es un defecto fatal, pero potencialmente puede impedir que la disciplina salga del "gueto" de practitioners y llegue a algo más académicamente amplio. Quizá exagero, pero el sesgo se sentía en la relativa falta de "vuelo" de muchas mesas en el evento, donde podíamos enterarnos de muchos proyectos con lujo de detalles pero no lográbamos saber más sobre las comunidades mismas, y sobre todo, sobre lo que las comunidades buscaban lograr mediante la tecnología en el contexto de sus sociedades.

Este es un debate pendiente que incluso alcanza a la revista Journal of Community Informatics, en donde tengo el cargo más bien administrativo de editor asociado (hago que la revista se publique, pero estoy lejos de ser muy influyente en la marcha misma de la comunidad intelectual que la elabora). La diversidad de temas no deja de ser interesante pero muestra que estamos todavía lejos de tener, colectivamente, en claro qué estamos haciendo y a dónde vamos. Como mi sesgo no es el de practitioner sino el de académico con intereses más panorámicos, creo que conferencias como CIRN son interesantes pero necesitan más participantes de muchos más sitios y algunos ejercicios de teorización para lograr avanzar hacia el objetivo de entender qué rol en el desarrollo social y de las comunidades juega la informática, la Internet y los nuevos medios.

Como el evento sirvió también para lanzar la Asociación Internacional para la Informática para el Desarrollo, que intenta ser un punto para agrupar a los interesados en el ICT4D, o las tecnologías de información y comunicación para el desarrollo. Esata iniciativa todavía está en pañales, pero puede ser un camino mucho más útil para la comunidad latinoamericana que lo que ofrece CIRN como espacio sobre lo comunitario en general, por el sesgo ya indicado.

Que sirva esto para hacerle propaganda a la discusión sobre la relación entre lo digital y la comunidad en América Latina que hemos tratado de iniciar con el número especial de JoCI sobre el tema, que ya promocioné aquí; y también a mi reflexión sobre el desarrollo y la informática, que fue mi ponencia a la conferencia, aquí disponible. Y también debería servir para que estemos atentos a la posibilidad de postular a becas, si se logra establecerlas, para asistir a CIRN 2008, conferencia sobre la que informaré aquí según vaya siendo posible.

Algo atrasado, pero por varias razones recién puedo terminar este post.

viernes, 30 de noviembre de 2007

Recursos para el estudio de la sociedad en red

Hace tiempo tengo la idea de volcar las varias colecciones de documentos y vínculos que he ido acumulando a lo largo de años en un solo sitio. Ha sido una idea en borrador, que no termina de salir a la luz porque no veía cómo hacerlo de una forma que sea a) fácil de administrar b) útil para alguien aparte de mí y c) un pasatiempo y no un trabajo a tiempo completo (ya tengo varios).

Pretenciosamente, este blog es un primer paso, público al menos, en esa dirección. Pero algo más en serio debería cumpliar con las condiciones anteriores y también permitir la elaboración colectiva; además no debería cruzarse con cosas que ya existan.

Así que, aparte de colocar unos diez vínculos preliminares, aprovecho para convocar a la "enorme" audiencia de este blog a participar en el proceso. Mi primera idea es un wiki en la PUCP, aunque esto implica alguna colaboración "desde adentro", alumnos o algo así, para que el mantenimiento no sea solo mi chamba. Sería además un wiki "store and forward", es decir no para que cualquiera lo modifique sino para que cualquiera pueda sugerir algo para luego modificarlo; al menos al inicio, creo que sería la manera más simple de garantizar calidad y cantidad. Si se alcanza masa crítica, lo lanzo; si no, queda como una lista que ya veré cómo administrar.

Aquí van mis primeros diez vínculos, en completo desorden y sin preferencias particulares:

El centro de recursos para el estudio de las ciberculturas, que ya tiene doce años funcionando y esta lleno de material interesante. Aunque alojado en la Universidad de San Francisco (de la Compañía de Jesús), es un esfuerzo colectivo de académicos y ensayistas en la materia.

El proyecto de la sociedad de la información de la Universidad de Yale, que tiene un sesgo más legislativo / políticas públicas, con claro énfasis en las cuestiones de acceso abierto.

La Asociación de investigación en juegos digitales (DIGRA), un sitio obligado para iniciarse en el estudio de los juegos; no sirve si quieren aprender cheat codes o trucos para potenciar una Dreamcast vieja...

El Centro Berkman para la Internet y la sociedad, de la Escuela de Derecho de Harvard, es un sitio "duro" de estudios político / legales. Mucho del trabajo de un innovador teórico como Yochai Benkler aparece habitualmente aquí.

First Monday, la revista arbitrada pero no académica sobre la era digital. Fundamental.

El Observatorio de la cibersociedad es un sitio en Cataluña, España, que más allá de ciertos sesgo por lo catalán sirve como espacio de publicación para una gran cantidad de especialistas de habla española; la calidad es variada.

El instituto para la conectividad de las Americas es una iniciativa más pegada al lado gobierno / políticas públicas / regulación, pero es igualmente útil como fuente de recursos y espacio para canalizar proyectos.

DIRSI, el Diálogo Regional para la Sociedad de la Información, es un espacio similar al ICA pero con más trabajo académico, y además tiene su sede en Lima, en el IEP.

Algo más lateral: el centro para la recuperación de la adicción a la Internet. No necesariamente el sitio más académico, pero da una idea de los temas relevantes en este campo.

Críticas, propuestas y mejoras, más que bienvenidas.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Journal of Community Informatics 3(3): especial sobre América Latina

Este número ha sido editado por un servidor y Christoph Roessner, de somos@telecentros, en Quito, Ecuador; una demostración que el teletrabajo funciona. Hay varios trabajos sobre la República del Hortelano, y en general es informativo y útil. Sean bienvenidos.

Editorial

Editorial: Community Informatics with a Latin American Accent HTML
Michael Gurstein
Introducción: TIC y América Latina: una revision desde las bases hasta la torre de marfil HTML
Eduardo Villanueva, Christoph Roessner

Articles

Sostenibilidad de proyectos de desarrollo con nuevas tecnologías: el caso de la organización de regantes y su sistema de información en Huaral Abstract HTML
Juan Fernando Bossio
Sistemas comunitarios de satisfacción a necesidades de conectividad en la sociedad de la información: el caso de Argentina Abstract HTML
Susana Finquelievich, Daniel Gustavo Finquelievich
Manteniendo lazos vía Web: El Caso de las Comunidades Mexicanas de Emigrantes en los EUA Abstract HTML
Victor M Gonzalez, Luis A Castro-Quiroa
La Promoción de las TIC para el Desarrollo en Pueblos Indígenas: Extensión o Comunicación Abstract HTML
Sofía Irene Medellin Urquiaga, Erick Huerta Velázquez
La piedra angular: sujetos y contextos locales en la implementación de las políticas de inclusión digital- Abstract HTML
Laura Porras, Bertha Salinas, José Manuel Ramos, Guadalupe Huerta

Notes and cases from the field (practitioners)

El rol de las TIC en la educacion: Experencia del programa escolar de monitoreo ambiemental de la subcuenca del Cotahuasi, Perú Abstract HTML
Luis Caceres
Programa de Intercambio entre operadores de telecentros. Una nueva generación de redes en el movimiento de telecentros panamericano. Abstract HTML
Oscar Maeso
El rol de los telecentros comunitarios en las comunidades indígenas de Sololà, Guatemala Abstract HTML
Vilma Tuy
Telecentros comunitarios: un espacio para la participación y formación ciudadana. La experiencia de Manizales, Colombia Abstract HTML
Eugenia Vallejo Montoya

Notes from the field

Brazilian Digital Inclusion Public Policy: achievements and challenges Abstract HTML
Cristina Kiomi Mori, Rodrigo Ortiz Assumpção

Reviews

Apropiación de las tecnologías móviles desde un espejo lejano: infiltración barroca, creolización y canibalismo Abstract HTML
Alejandra Davidziuk

Points of View

Políticas y clivajes: algunas ideas a propósito de una revisión de políticas Abstract HTML
Eduardo Villanueva

miércoles, 28 de noviembre de 2007

En busca de la identidad: ¿geek, hacker, nerd o friki?

Varios amigos han llamado mi atención ante mi aparente poco respeto por los hackers. Esto nace por mi comentario, varias repetido, que la OLPC no es más que "una ilusión de hackers".

A algunos, menos avisados en la folksonomía de la informática, hacker es un insulto porque me refiero a los promotores de la OLPC como delincuentes, de los que destruyen sitios web o roban identidades (que son crackers, para otro post). Para otros, que si están en el "loop", lo insultante es creer que los hackers no son capaces de ver más allá del árbol informático y que su visión incluye al bosque social. En un caso, se cree que uso hacker en la acepción coloquial; en el otro, que malinterpreto hacker cuando en realidad quiero decir geek.

Como hace unos días, para simplificar, hablé de nerds y me tuve que arrepentir de inmediato, creo que es necesario ordenar la terminología, siquiera para que los que me leen sepan para dónde voy. Encima, como por ahí he visto que me han calificado en buena onda como hacker o geek, quizá haya que rescatar a Sócrates (el griego, no el médico).

Conócete a ti mismo, entonces: no soy ni hacker, ni geek, ni freak (o friki) ni nerd. He estado o estoy en la zona fronteriza de estas categorías, pero no he caído en ninguna de ellas, como demostraré recurriendo a la mejor fuente posible: el Hacker's dictionary, en su versión impresa o en línea.

El hacker es, por encima de todo, un super programador, o como dice el diccionario, alguien que se deleita tanto con los detalles e interioridades de los sistemas programables que quiere entenderlos hasta el más mínimo aspecto y hacerlos funcionar como él o ella quiere. Lo que hace son hacks, que vienen a ser ejercicios de dominio informático, no necesariamente relevantes pero sí particularmente llamativos, originales, o elegantes. El caso canónico, posterior al libro del que hablamos, es Linux, creado por un patita que no sabía que no podía hacer eso, es decir un nuevo sistema operativo desde cero. Como además Torvalds dejó que su hack fuese de libre acceso y hasta cierto punto, de libre modificación, cumplió con la ética del hacker. Esto define a un hacker casi tanto como su habilidad para la programación: si no fuera por eso, Richard Stallman no sería realmente un hacker, y Bill Gates sería considerado un superhacker (o un wizard). Como Stallman ha creado toda una filosofía de software libre alrededor de los principios generales de la mencionada ética, merece el mote muchísimo más que el relativamente hábil (con sistemas simples, de acuerdo) pero completamente comercial Gates.

Ligero añadido: un buen ejemplo de hacker (ejemplo casi friki) es Sylar. Un hacker orgánico...

Claro, "hack" es un verbo que indica cortar toscamente, con una herramienta basta como un machete. Un hacker, en este sentido, sería alguien que hace las cosas de manera tosca; un hack writer es el que escribe por plata, sin preocuparse en la calidad sino en la cantidad; un hack rag es un periódico barato, el arquetipo platónico del diario chicha.

Geek, en cambio, tiene otras tonalidades. Como dice el diccionario, es "One who eats (computer) bugs for a living"; es solo parcialmente positivo y puede incluso ser completamente negativo, porque se puede tratar de una persona que solo tiene lo obsesivo y maravillado del hacker pero nada de sus habilidades. Si consideramos que originalmente un geek era el que mataba a las gallinas a mordiscos en las ferias ambulantes, veremos que nada particularmente bueno se asumía del geek. Hoy por hoy muchos se asumen geeks porque son maniáticos de las computadoras, pero eso más bien cae en la categoría de entusiasta sin mucha idea real de las cosas, y por lo tanto es un reconocimiento esencial de la categoría inferior en la que yace el geek, por oposición al hacker. Un geek, entonces, ni siquiera es una larva, sino que muy probablemente sea un wannabee.

El geek, a estas alturas, puede pasar piola en la sociedad civil; el nerd en cambio, tiene siempre un toque de fenómeno, inofensivo y divertido, pero fenómeno finalmente. Un nerd puede ser indispensable, pero siempre será ligeramente incómodo tenerlo cerca. Piensen en Jerry, el amigo de Parker Lewis (en la marca del 1,16 en este video) y les quedará claro quién es un nerd.

Cuesta abajo en la rodada: el freak, o friki en español, es heredero directo de los personajes del freak show, la colección de anormalidades que solían formar parte de una feria ambulante (o del sideshow de un circo; ¿por qué sino Bob Patiño (Sideshow Bob) es un fenómeno? ). El freak es que hace cosas en los extremos de la campana de Gauss (una forma más bien geekie de usar un término bien nerd: desviación estándar). Sea porque es un loquito que anda vestido con una toalla el 25 de mayo, o porque se viste de Elvis para ir por la calle, el friki es excéntrico y se le nota: es un mecanismo de autoaceptación de no ser parte de la sociedad "común", y un llamado para que otros como él le hagan caso; no tienen que ser exactamente como él o ella, pueden ser frikis de otras cosas, pero igual, lo llevan puesto. Obviamente, un freak puede ser simplemente un obsesivo pero de los malos: el geek se convierte en freak cuando molesta; tu jefe es un loquito del orden (algo así como un control geek) hasta que comienza a verificar si usas los lápices hasta que ya no se pueden tajar, momento en el cual se convierte en un maniático del orden (o control freak).

Un fanboy es que aplaude lo que sea de su fabricante / artista / diseñador favorito: Apple tiene fanboys, no geeks, como se explica aquí. El fanboy no piensa, ni siquiera usa realmente el producto: simplemente lo contempla en forma casi sexual. En el caso de Star Trek, un trekkie geek hace esto, un fanboy compra esto. Saquen sus conclusiones malintencionadas...

Entonces, ¿qué soy? Nunca fui lo suficientemente bueno en programación para llegar más allá de larva, así que no puedo ser llamado hacker. Soy obsesivo pero quizá no lo suficiente para ser llamado geek, básicamente porque geek implica obsesión intensa y focalizada y yo tengo muchas obsesiones tenues dispersas temática y temporalmente. No soy un nerd, porque no hay nerds que sobrevivan como profesores de 60 cachimbos. No soy un freak, porque nunca me atreví a poner mi insignia de Starfleet en la solapa de mi saco, siempre la puse debajo, y ahora ni la uso. No soy un fanboy: me habría comprado un iPhone hace unas semanas simplemente porque tuve la oportunidad y apenas llego a ponerle una calcomanía de la manzanita a mi ThinkPad oficial.

En conclusión: soy peruano. Vaya consuelo.

martes, 27 de noviembre de 2007

lunes, 26 de noviembre de 2007

¿OLPC está condenada al fracaso?

Ya sé, dije que no iba a hablar del tema pero igual, lo estoy haciendo. Es que hay mucha discusión sobre este análisis del Wall Street Journal, que le quita mucha viada al proyecto OLPC. El argumento central es que más allá del éxito de G1G1, y las muy puntuales ventas hechas a Uruguay, Perú y quizá otros países, el grueso de las ventas de computadoras simplificadas para la educación está yendo a Intel y a Asus, incluso en casos como Nigeria o Libia que parecían comprometidas con OLPC. La respuesta de Negroponte no es ni muy grácil ni mucho menos pertinente: reclama para sí el logro de otros fabricantes, aceptando que dificilmente podrán fabricarse las esperadas 150 millones de máquinas que sus sueños asumían se harían el 2008; la cifra más realista hoy por hoy es 12 millones, y de ahí no se sabe.

No voy a elaborar, solo a poner tres vínculos más: el comentario más bien de mala leche del Fake Steve Jobs (un personaje en sí mismo), el de Gizmodo, que es realmente un parafraseo del WSJ y el FSJ salvo por los rajes ad hominem, y la respuesta que un desarrollador de OLPC colgó en la lista de discusión interna, rebotado en OLPC News; una autocrítica interesante aunque muy hacker para mi gusto.

Este es un post que debería estar en Adversus...

¿Solución al P2P? La propuesta Olivennes

Esto es lo que resulta cuando se pone al gato de despensero. El reporte Olivennes propone que cualquier navegante francés que use mucho redes P2p para recoger contenido distribuido ilegalmente será expulsado de la Internet...

Monsieur Olivennes es el mandamás de la FNAC, ese emporio de ventas de contenido bien francés del que guardo un vago recuerdo, cuando visité su cavernosa tienda en Les Halles hace más tiempo del que me gustaría hubiese pasado. El presidente Sarkozy decidió encargarle un informe sobre cómo combatir la piratería luego que publicara un libro con título de resonancias anarquistas y con la cuota gálica de tremendismo adecuada: La gratuité, c'est le vol: Quand le piratage tue la culture.

Digamos que con ese título, era más o menos previsible por dónde iba a ir su informe. No cree en la represión, pero sí en repartir responsabilidades para evitar que el asunto siga creciendo; en su pensamiento, hay que parar la pirateria (o la descarga ilegal, que son cosas distintas) con una mezcla de represión y promoción. Lo que se plantea es reprimir con inteligencia, yendo a cada caso y no en general, en un sistema de advertencias previas que al final causen perder el derecho a conectarse cuando se es reincidente. Como incentivos, se reduce el tiempo de espera por los DVD (de 7 1/2 meses a seis, bah) y se plantea que no se venda música protegida con DRM, sino que todo, incluso la música en línea, venga limpia. Además ya no habrán multas para los trasgresores, solo la pérdida del acceso a la Internet.

Otro aspecto interesante: el mecanismo de represión. Una comisión independiente revisará el tráfico de Internet, que será inspeccionado por los mismos ISP (con una técnica llamada Deep Packet Inspection que es muy intrusiva y cara), y los resultados, supervisados por un juez administrativo, llevarán a las sanciones prescritas. Las industrias de contenido no tendrán que hacerse cargo de buscar a los infractores, sino que será la responsabilidad combinada de los proveedores de acceso con el estado (que a la larga harán pagar a los consumidores). Un gran trato para los proveedores de contenido, no tan bueno para los consumidores ni para los servicios comerciales de Internet.

Dado que la piratería está debilitando la viabilidad de ese paraíso de la diversidad y la creatividad que es Francia (parafraseando estas declaraciones de Olivennes), es cuestión de estado lograr detenerla. Sí claro. El título de la nota de Ars Technica es un buen resumen: l'Etat, c'est le IFPI. Esto hará todo más difícil para todos salvo para los proveedores de contenido, y es una de esas medidas en donde la protección de los intereses comerciales de unos pocos (ciertamente poderosos) afecta a todos, encareciendo las transacciones y creando lugares en donde la privacidad y la seguridad de datos pueden terminar en cuestión.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Snakes on a plane, o el exceso de confianza en la Internet


Este domingo 25 de noviembre HBO ha tenido a bien traer a nuestros hogares esa obra maestra de las películas de fórmula mal logradas: Snakes on a Plane. No es que sea mala, es simplemente una película tan predecible que ni siquiera los intentos de ser innovadores (snake-vision, o cómo se supone que ve la acción cada culebra, entre otros) salen sobrando, perdidos en la mediocridad general. Claro está, si a uno le gustan las películas malas, o las películas de aviones, o una combinación de ambas, se deja ver, como lo indica el consenso. Todos los clichés posibles, a excepción de una monja cantando, están presentes; uno casi espera que se convierta súbitamente en la versión de horror de ¿Y dónde está el piloto? pero es mucho pedir.

Lo que hace memorable a este bodrio es que fue, por un rato al menos, un fenómeno de Internet. Habiendo comenzado su vida como una película sin ambiciones, poco a poco fue comenzando a crecer, hasta el punto de recibir el raro honor de cinco días extra de filmación siete meses después de haber sido terminada, para convertirla en un "vehículo" de Samuel L. Jackson, que decidió llevar al paroxismo más absurdo su pasión por la frase hecha: el público bloguero optó por hacerse grandes ilusiones con la idea de pagar por ver a Jackson gritando una frasecita de prosodia exquisita ausente en la versión original.

Todo el mundo, comenzando por New Line Cinema, esperaba un super éxito. Recuerdo que en agosto del 2006, días antes del estreno, avionetas recorrían la costa de California con banners de la película; la televisión, la prensa, los blogs y los foros, todos habían contribuido al buzz, y todos esperaban un gran taquillazo. Lástima que no fue así. Si bien, dado que había sido una película barata, produjo algo de ganancias, su recaudación fue baja y quedó como una nota a pie de página. Como Howard Dean, quizá, la capacidad de la Internet para crear impactos reales en la sociedad no virtual parece todavía lejana. La caja de resonancia no logra salir de sus confines.

sábado, 24 de noviembre de 2007

Computadoras para "el maestro del siglo XXI"

Ya se ha formalizado el programa para facilitar la adquisición de computadoras por maestros del sector público. Un subsidio directo de 150 USD, más un préstamo blando del Banco de la Nación, permitirá que se compre una computadora portátil de un mínimo de 500 hasta 800 USD.

Como medida para lograr neutralizar cualquier oposición a la repartición de computadoras XO, es una buena idea. Como política laboral, no suena mal, puesto que acceder al crédito requiere una evaluación previa (aunque esto no está en la nota de prensa oficial). Lo que no está muy claro es qué se busca lograr con esto.

Partiendo por lo primero: ¿por qué portátiles? Si los maestros que trabajarán en aulas o colegios que reciban XO-1 también recibirán una "verdecita" (según comunicación verbal de Oscar Becerra al Consejo Nacional de Educación el día viernes 23 de noviembre), ¿se espera que los maestros lleven su computadora al colegio todos los días? Improbable, porque sería un tanto innecesario, e incluso irrelevante, aparte de peligroso.

Si la computadora es personal, privada, ¿para qué forzar que sea una portátil? Yo soy creyente en las portátiles y las uso desde hace años, pero reconozco que para muchos usuarios, en muchos contextos, es mejor una computadora de escritorio, considerando por ejemplo que son más fáciles de "upgradear", de mantenimiento más simple, y hasta cierto punto más seguras.

Luego: ¿exactamente para qué? No hay garantía que el maestro vaya a usarlas para nada relacionado a la educación, esto es obvio; no hay garantía que siquiera podrá conectarlas a la Internet, también es obvio.

Esto lleva al asunto de fondo de todo este affaire OLPC: ¿a dónde se quiere llegar? Una vez que los maestros tengan su computadora, ¿qué pasa? Como se dice en inglés, what's the endgame? Como he tratado de decir varias veces antes: ¿realmente se espera que con el acceso a una computadora, todas las personas involucradas en la educación se vuelvan hackers?

Esa es la impresión más fuerte que me queda. No tengo la menor duda que facilitar el acceso a computadoras no puede compararse con ofrecer refrigeradoras o cocinas, pero igual me queda la sensación que se espera algo similar con este programa: una vez adquirido el equipo, se incorporará en la vida familiar de la manera prevista. Esto es ciertamente más simple con una cocina, pero muchísimo más complicado con una computadora, precisamente por la amplia diversidad de posibilidades que ofrece. Finalmente, incluso a 500 USD, para maestros con sueldos de 1000 soles mensuales y familias a su cargo siquiera en parte, estamos ante una adquisición de capital realmente importante.

No me opongo a esta idea; pero me gustaría que estuviese más claro a dónde queremos llegar con un programa que, finalmente, también sale de mi bolsillo.

Nota: supongo que será evidente para varios de los lectores de este blog que esta nota habría sido publicada en Adversus OLPC hasta hace un mes, más o menos. Como ya dije, he congelado ese blog y voy a usar este espacio para mis comentarios sobre cualquier tema. Solo reactivaré Adversus si las circunstancias lo ameritan; por ello, es posible que aparezcan, de cuando en vez, notas sobre OLPC-Perú aquí.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

El libro electrónico revive - o quizá no

Allá por el 88, leí una polémica sobre la "sociedad sin papeles" en una revista bibliotecológica. Un especialista británico insistía que estábamos en camino hacia ella, y un colega africano (no recuerdo el lugar preciso) decía que no iba a suceder, especialmente en el Tercer Mundo, ahora conocido como Sur Global.

Avancemos 19 años, consideremos la Internet, la convergencia y tantas cosas más, y si de algo estamos lejos, es de una sociedad sin papeles. Los intentos más serios fueron a finales de los 90, cuando el entusiasmo de la burbuja punto com llevó a una serie de empresas a lanzar e-books, los dispositivos que harían posible desaparecer a los libros como los conocemos; un ejemplo de esos intentos sobrevive en la memoria colectiva de la Internet. No hay que decir que fueron un fracaso, más allá del interés de algunos.

El paradigma del e-book es más o menos conocido: el PADD de Star Trek. Un dispositivo simple, disponible en todas partes, pero además conectado inalámbricamente con la red (la supermegaultrainternet 300.00 que se usa en el universo de Viaje a las Estrellas) que permite acceder a todo tipo de documentos sin más esfuerzo que el pedirlo. Obviamente, solo existe en televisión.

¿Por qué es indispensable el hardware? Porque solo tiene sentido pensar en libros electrónicos si se combina la vasta disponibilidad de contenidos digitalizados con un dispositivo que funcione como un libro pero que no tenga límites prácticos de almacenamiento. Incluso con memorias flash como las actualmente disponibles, cualquier dispositivo actualmente existente tiene limitaciones de capacidad, pero podría ilusionarse uno con un aparatito que, usando tarjetas SD, permitiría cargar con todos los textos que uno quisiera.

Lo más parecido, pero de todas formas fallido, es el Sony Reader. Elegante y sencillo, usa una tecnología muy simpática llamada eInk, que imita a la tinta y que tiene un bajo consumo de electricidad a cambio de no ser legible sin luz ambiental (como el papel de verdad). El producto es fallido porque es caro (300 USD en los estates), no usa muy bien que digamos el formato PDF, y solo admite textos latinos, por lo que hay un cerro de idiomas que no pueden usarlo. Además, parece ser un tanto frágil. Más además, es algo feo.

Ahora, aparece una alternativa, limitada por otras razones: el Kindle, de Amazon. Todavía más feo que el Sony Reader, está diseñado para que uno compre libros electrónicos en Amazon antes que cualquier otra cosa, hasta el punto que convertir documentos al formato propietario que usa cuesta 0.10 USD cada uno. Es caro: 400 USD, solo se vende en los EEUU y está hecho para que se bajen los textos inalámbricamente a través de la red EV-DO sin costo alguno. Permite cierta forma de anotaciones en el texto (fundamental, ¿quién no quiere subrayar o discutir el texto impreso?), y tiene algo así como funciones de búsqueda, lo que es realmente interesante. Se lee bien, y permite suscripciones a periódicos, y a blogs (aunque hay que pagar por ellas; cosa realmente alucinante). Si uno se guía por los comentarios, no ha vuelto locos a los consumidores que lo pueden comprar.

En otras palabras: es un canal de ventas de Amazon, no una respuesta a los sueños colectivos de contar con un dispositivo barato, simple y resistente en el cual meter los varios gigas de archivos en PDF y otros formatos que uno tiene en la computadora y que quisiera, pero no puede, leer en la computadora o imprimir hasta inundarse de papel. Desde ese punto de vista, el Sony Reader es más parecido, o menos lejando, al ideal, aunque igual falla.

Todo indica que el verdadero futuro de los libros electrónicos no es otro que la computadora de la que más he hablado: la XO-1 de OLPC. Aunque en este momento cuesta lo mismo, es más funcional, más fácil de usar y no tiene amarres con canales de venta, salvo que se considere así al proyecto OLPC en su conjunto. Si encuentro un buen motivo para comprarme una XO-1, sería para usarla como lector digital, además de sus otras virtudes.

Habrá que seguir esperando por el PADD.

Reseñas del Kindle: en Newsweek, en Endgadget, comparación con otros en Wired, en Gizmodo, que también tiene una perspectiva comparativa que incluye proyectos todavía en prototipo. Una discusión sobre la funcionalidad de libro electrónico de la XO-1. Un comentario en el tono de este post, en Ars Technica.

Firenze

A veces uno se conmisera de los italianos: tienen tanta historia que no pueden hacer nada sin tener problemas con monumentos o reliquias. Esto es más claro en Roma, donde la historia se mide en milenios, pero toma un carácter distinto en Florencia, porque la historia está, si cabe, concentrada. Hay muchas cosas que mirar, pero la gracia de Florencia es el Renacimiento. Poca cosa...

La magnificencia de la cosa es evidente en la Piazza della Signoria. Ahí tienen una copia del David de Miguel Angel, porque en donde está la copia, estuvo el original. Es decir, alguna vez esta ciudad se dio el lujo de tener como centro de mesa la escultura más alucinante que conozco. Ahora se conforman con una galería de libre acceso, la Loggia dei Lanzi, con un Perseo de Cellini o el Hércules venciendo a Neso, con la fuente de Neptuno, o con el buen Cósimo; más allá, el Duomo con la torre y el baptisterio; el Ponte Vecchio; incluso el Arno, que parece una laguna alargada, no un rio capaz de arruinar la ciudad (no me di cuenta ese día, pero estuve en el "aniversario" de la inundación, que ocurrió el 4 de noviembre de 1966; en la ciudad nada en particular se dijo al respecto). La ciudad misma es un museo al aire libre, que requiere paciencia y un ojo abierto para ver el detalle preciso. Si encima se tiene la plata y el tiempo para ir a los museos, bueno, la experiencia es tremenda.

La galería de Uffizi cuesta 10 euros si se tiene la paciencia de hacer varias horas de cola, o entre 13 y 21 dependiendo con quién se contrate la reserva avanzada. La torre del Duomo cuesta 6 euros, por la experiencia de subirse 414 escalones. La galería de la Academia cuesta 10 euros, y tiene menos tráfico porque "solo" tiene una obra maestra. El palacio Pitti, algo más lejos, otros 11 euros. Y así...

Pero hay que además enfrentarse a las hordas de turistas, y a las hordas de vendedores, aún más intensas que en Roma, porque están por todas partes y al parecer tienen menos miedo a salir que en Roma. Los vendedores locales tienen carteras caras pero al parecer bien hechas; los ilegales venden copias obvias de Dolce Gabbana por un precio banal. En todas partes se ofrecen camisetas de los equipos obvios, desde el AC Milan o la Roma hasta el Manchester United o el Barza; pero no se ve nada del Fiorentina, ni de Ferrari. En el primer caso, creo que es porque la banalización de lo global hace que el equipo local no sea atractivo para los turistas. En el segundo, porque al parecer Ferrari sí se encarga de controlar la piratería, ya que los únicos productos con el logo que llegué a ver eran los ridículamente caros de la tienda oficial, en Roma (¡un polo de adultos a 90 euros! ¡una biela de motor de F1 a 900 euros!).

Entonces llega el momento de la verdad: ¿cuál es la gracia de venir hasta aquí? Incluso se pone peor, cuando se descubre que la cola más apasionada, la única en que hay florentinos, es la de la Tienda Disney, que al parecer estaba de rebajas porque las hordas de turistas habían sido reemplazadas por hordas de bambini que querían su Topolino con pasión solo comparable a la de los Ultras de la Roma.

Pues dos cosas pasaron para salvar la situación, para recordarme de qué se trata todo esto. Primero, terminé por accidente en una plaza ligeramente fuera del circuito turístico, la Annunzziata. En ella, en vez de vendedores de basura para turistas, habían granjeros y ganaderos de la zona. De pronto, era de nuevo obvio que estaba en la Toscana, en la zona maravillosa de Italia, bañada por el sol, con productos de la tierra increíblemente ricos y generosos. Los granjeros toscanos vendían sus productos en una feria de domingo, con el cartelito orgánico colgado por todas partes. Sabían inglés y explicaban coherentemente que tan orgánicos eran, pero se notaba que eran gente de campo, por sus manos, sus fachas, y porque se juntaban en grupos donde almorzaban lo que era claramente puñados de sus propios cultivos. Daban ganas de comprarse todo, o de irse con ellos a ver cómo es realmente la Toscana, fuera del mundanal ruido. Me conformé con comprar especias, y pensar un rato en las fortunas que alguna vez se hicieron vendiendo las combinaciones que un toscano armaba a su estilo, para venderlas con su nombre.

No es cuestión de reclamar "autenticidad" o cosa por el estilo: es simplemente encontrar que Florencia es también una ciudad, con gente que vive en ella y que compra y vende cosas, y sale el domingo para airearse más allá de las aglomeraciones. No se trata de un museo de sitio o de un parque temático: es una ciudad. Comprobar eso sirve un montón, especialmente si uno acaba de llegar del otro lado del mundo y sabe que la oportunidad puede ser única, que quién sabe si volverá a Florencia.

Y luego de eso, la Galería de la Academia. Hay varias cosas simpáticas, incluyendo una muestra de instrumentos musicales del Renacimiento y el Barroco. Pero lo importante, la razón misma de ser de la Academia, es una sola. El David.

No sé cuántas fotos he visto antes de estar ahí. Igual, la experiencia fue sobrecogedora. Constatar la existencia de semejante obra es algo que cuesta mucho trabajo describir, pero que podría reducirse a una sensación: escalofríos.

Igual, habían quienes en vez de dejarse llevar, quería llevarse algo: prohibida la fotografía, algunos intentaban sacar su camarita, y mostraban su torpeza al no anular el flash. Seguramente se llevaban su pequeño triunfo, y lo mostraran como exhibición de su capacidad de sentarse en las normas. Personalmente lo último que se me pasaba por la cabeza era en fotografiar la escultura, porque ninguna reproducción podrá ofrecerme lo que hizo ese día uno de los más intensos de mi vida: la impresión de ver, en toda su magnificencia, una obra de arte mayor, total, completa. Pensé, como un artista de siglos atrás, que poco o nada valía la pena esculpir algo tras ver el David. Pensé que no importaban el exceso de turistas, los vendedores agresivos, los japoneses en manada o los españoles bastos, el Euro caro o las tiendas estafadoras de turistas. Sentí que había llegado a un punto importante, no solo en este viaje particular, sino en general. Participar, siquiera por treinta minutos, de las más gloriosas experiencias humanas.

Por treinta minutos, compartí, junto con otros admiradores tan entregados como yo, lo que algún Florentino del siglo XV, algún francés del siglo XIX o algún extraterrestre del siglo XXX sintió o sentirá la primera vez que vea el David. El pasmo, la admiración, el sobrecogimiento. Sentí que viajar vale la pena, que las miserias mayores o menores no importan, porque lo que queda es el placer del abandono estético. Contemplar el David significó entender siquiera en parte el Renacimiento, y descubrir cuánto puedo sucumbir ante la experiencia de lo bello, y hasta donde puede llevar el arte a un ser humano.

El David es una de las más grandes cosas que un ser humano ha podido lograr. Si hay perfección en el arte, si se puede usar ese adjetivo sin entramparse en una paradoja, nadie o nada lo merece más. Y de ahí algo saca uno: lo perfecto enseña; lo perfecto nos chorrea algo y nos hace mejorar.

Para eso viaja uno: para ser un poquito menos imperfecto cada día.

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martes, 20 de noviembre de 2007

Premio Acceso al conocimiento 2008 - Fundación Gates

Given each year by our Global Libraries initiative, the foundation's Access to Learning Award recognizes the innovative efforts of public libraries or similar organizations outside the United States to connect people to information through free access to computers and the Internet.

Este premio tiene un muy simpático monto: un millón de dólares.

La Fundación Gates reconoce a través de este premio la excelencia en instituciones como las bibliotecas públicas (pero no solo ellas) que ofrecen acceso libre, sin costo alguno, mediante el uso de computadoras y la Internet, al público en general.

Las inscripciones de candidatos están abiertas hasta el 31 de diciembre del 2007. Las condiciones de postulación están aquí. El folleto está disponible aquí.

Aliens: formas de vida alternativas

No es tan delirante. Según este artículo de Scientific American, se está buscando formas de vida microbiales o bacteriales que respondan a patrones completamente distintos de organización. Sería la prueba que la vida no se limita a las formas basadas en carbón. Interesante...

lunes, 19 de noviembre de 2007

Status Civitatis Vaticanae

Hay que llegar por el Castillo de San Angel: no solo es la ruta oficial, sino que así se tiene una perspectiva clara de la Via della Conciliazione, la entrada al Vatícano. Y hay que entrar a pie. Siquiera de esa manera mínima, se puede tener una noción de escala y de la experiencia de miles, de millones de peregrinos que a lo largo de siglos han hecho ese camino.

Me tocó un día especial: Celebración y encuentro con el Papa de las cofradías religiosas italianas. Misa a todo meter, en el atrio y las escalinatas, que se expande y cubre buena parte de la plaza misma, incluidas las hermosas fuentes ornamentales, y el inevitable obelisco egipcio, de esos que tantos hay en Roma. Mientras la misa y las ceremonias, no hay entrada a la basilica, pero sí a los museos; la misa de nueve no terminó hasta las 10.45 pasadas, y luego hubo cantos (un Miserere cuyo autor no he identificado, pero que escarapelaba el cuerpo entero), discursos, y cuando todo parecía terminar: the man in white, el bólido romano par excellence, el Papa en su papamovil, rápido como manda la seguridad, pasando por todas partes, blandiendo sus bendiciones. Aplausos, corridas, emociones varias. Más que durante la misa.

San Pedro es una atracción turística. Sin ser católico, lo lamento. Se lo visita porque está en Roma, porque se lo conoce, porque es un destino en la lista. No vi mucha emoción, que no tiene que ser religiosa en el sentido pío, sino simplemente humana: San Pedro es una obra mayor de la humanidad, refleja los sentimientos religiosos de millones de personas, es un destino al que muchas personas modestas pero sinceramente católicas quisieran llegar. Por encima de todo: es un ejemplo perfecto de lo que ha sido Occidente, la constante lucha entre el reino de los cielos y la realidad material, secular. Las glorias cantadas a los pontífices máximos, que hicieron posibles la obra, hablan tanto de la vanidad humana como de la gloria divina.

Personalmente, me emociona ver lo que el hombre ha hecho, y también me emociona la fe y la devoción. La misa del sábado 10 de noviembre incorpora a muchas cofradías, cuya dedicación específica se me escapó, pero que llegaron de toda Italia con sus trajes vagamente medievales, sus estandartes y palios, y su entusiasmo sincero de viajeros, de peregrinos: contentos de estar ahí, con su fe pero también con sus amigos, sus parientes, de ser vistos por el Papa pero de estar en Roma, en el Vaticano. Los vi por Roma, esa tarde, con parte de sus vestidos, comiendo un gelato o un panino, haciendo la de los turistas. Pero siempre en grupo, como llegaron y como fueron a San Pedro.

A mi lado, en cambio, miles de turistas con ganas de tomarse la foto idiota inevitable, en donde arruinan la maravillosa visión de la basilica con sus caras; revisando la lista de atracciones, para decidir si valía la pena esperar para entrar a la Basilica o si mejor ir a algo más. Sin entender que era una misa, y riéndose cuando todo el mundo comenzaba a abrazarse en la Paz. Tengo la impresión que un par de chinos fueron a pedir comunión, pero no sé si lo hicieron: estoy seguro que no eran católicos.

El premio a la espera, bajo un sol fuerte pero sin calor, fue no solo ver al Papa, sino que, pasadas la 1.30, se abrió la basilica. La cola fue rápida, con solo los detectores de metales atracando el flujo. Una vez pasados estos, la caminada no fue larga. Entrando, a mano derecha, La Piedad.

Un autor habló, hace casi un siglo, del Misterium Tremendum. Es lo que produce la emoción religiosa ante la presencia de lo santo. En ella se combinan la alegría de contemplar la divinidad, con el temor ante su poder. El Misterium Trememdum se tiene o no; se vive o no. Es la base de la fe. Es también una de las víctimas de la modernidad.

Parece mentira que uno de los causantes de la modernidad, lejano sin duda, pero igual responsable desde el Renacimiento, sea autor de una de las expresiones religiosas más perfectas. La Piedad es sobrecogedora. Es lo único que se puede decir. Es maravillosa como muestra del arte humano, como muestra de la maestría de un individuo que además era un chiquillo de 23 años. Es casi insultante que algunos no piensen en otra cosa que tomarle una foto. Yo me animé tras diez minutos de contemplación, y luego de recorrer la basilica completa, con la intención de registrar un contrapunto: todo San Pedro es recargado, excesivo, lleno de decoraciones y esculturas y cuadros, hasta el punto que más parece tratar sobre los Papas que la hicieron que sobre el Dios que se celebra. Al inicio de la basilica, al lado izquierdo, el baptisterio es un ejemplo de estos excesos: lleno de figuras y florituras, hace el contraste ideal a la simplicidad perfecta de la Piedad. Una cruz al fondo, y la simple imagen, casi pequeña en la enormidad descontrolada de la basilica, de una madre sosteniendo a su hijo muerto. Tantas imágenes similares ha visto la historia de la humanidad, tantas madres han llorado a sus hijos así. Que sea la imagen de la divinidad en su máxima expresión de humanidad refuerza aún más la potencia de la escultura.

Ahí está una de las más básicas manifestaciones de la vida: el amor de una madre, el dolor de una madre. No importa que uno sea o no creyente: se trata de la emoción estética primaria, la admiración hasta las lágrimas de la capacidad de un ser humano de decirnos tanto en algo tan simple, a través de los siglos, a través de las ideas y creencias humanas.

Pensaba al salir qué pasará con San Pedro cuando llegue su inevitable declive. ¿Cómo verán los humanos del futuro a esa elaboración de siglos pasados, cuando la basilica sea tan antigua, cronológica e ideológicamente, como las pirámides de Egipto o los templos romanos? Supongo que las generaciones del futuro, que habrán de ser mejores que nosotros si logran sobrevivirnos, preservarán San Pedro como un ejemplo de lo que supimos hacer. Pero estoy seguro que siempre habrán quienes vean en La Piedad lo que vi yo: pura, simple, completa belleza en el dolor, que te eleva al mismo tiempo que te quiebra.

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