miércoles, 24 de abril de 2019

Asuntos Internos: ¿qué tendría que hacer el nuevo equipo rectoral?

Comentario sobre el proceso electoral de la PUCP, escrito para los que estamos en la PUCP. Si alguna cosa no queda clara es porque asumo que para seguir mi rollo hay que estar adentro.

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Tras la crisis de finales de 2018, que culminó con la renuncia de casi todo el equipo rectoral, una transición de baja intensidad está por terminar, y la PUCP enfrenta una situación singular: por primera vez en su historia, quienesquiera que sean miembros del equipo rectoral no provendrán del equipo anterior.

Esto está causando una hoguera de vanidades algo desconcertante. Demasiadas personas parecen sentirse llamadas a ser rectores o vicerrectores, lo que por un lado es consecuencia natural del desorden post-colapso del orden tradicional, pero también de ser combinación de audacia y soberbia respecto a lo que significa manejar esta organización, mucho más compleja política y económicamente --además de gerencialmente-- de lo que suele ser evidente.

En el modelo de gobernanza PUCP, que es casi exactamente el de las universidades públicas peruanas, los profesores principales son los llamados a conducir la institución. Objetivamente, es un modelo arcaico, porque combina asuntos de política institucional, política nacional, y política menuda, interna, con gestión de una organización enorme que además requiere de varios modelos de negocio, a veces contradictorios o conflictivos entre sí, para contar con los recursos necesarios para funcionar. Pero es lo que hay, y es difícil pensar en que se podría cambiar en el corto plazo. Por ello, hay que escoger entre los profesores principales.

No me interesa discutir personas, ni planchas, que además no existen aún. Me interesa plantear items de una agenda. Han circulado, más o menos de manera amplia, documentos de al menos tres potenciales planchas, que tienen coincidencias, divergencias, ingenuidades, incoherencias y simples ilusiones. Solo para interrogar la situación, me planteó un ejercicio distinto: ¿cuales son los desafíos visibles que hay que enfrentar en los próximos años? No se me ocurren respuestas claras para casi ninguno, pero al menos sirve para ordenar ideas, presentadas aquí con cierto desorden.


  1. En un país como el Perú, no es posible sustentar una universidad de investigación --entendida como una dedicada fundamentalmente a la investigación a nivel doctoral y superior, sustentada con fondos públicos o privados. Quizá sería posible si fuéramos una universidad pública en la que el Estado decidiera invertir singularmente, o si tuviéramos ciencias de la salud y medicina. La PUCP no es ni una ni otra cosa. Por ello,  no hay suficientes recursos disponibles para financiar semejante intención,  incluso si se tuviera la estructura docente para realizarla, que no es el caso. Esto deja en pendiente qué hacer con especialidades, carreras y facultades que tienen distintas orientaciones y potencialmente, viabilidades diferenciadas.
  2. Al mismo tiempo, la profesionalización de la formación, el énfasis en licenciaturas y la investigación como un extra a la docencia regular, resultan incomodas para muchos y complican la selección docente y de equipamiento. La presión por tener lugares destacados en los rankings no va a cejar, y la competencia regional (Colombia, Argentina, Chile, Mexico, Brasil, en orden de menos a más) cuenta con más recursos y comenzó antes. ¿Cómo haríamos? 
  3. No es posible pensar realistamente que el financiamiento de la universidad tendrá una estructura distinta a la actual en los próximos años. En otras palabras, dependeremos de los pagos por servicios educativos que los estudiantes regulares --y también los de educación continua-- sigan haciendo. Las rentas comerciales y la explotación de recursos propios son un componente menor. Pero las pensiones son un juego de alto riesgo: puede llegar pronto el día en que los estudiantes no puedan pagarlas, o en todo caso no puedan pagarlas para ciertas carreras u opciones específicas. Sumémosle otro problema, fuera de nuestro control: es cada vez más difícil atraer alumnos del lado sur y sureste de la ciudad, porque Lima es un infierno de tráfico interminable. Si las universidad publicas como la UNI o UNMSM mejoran, el atractivo objetivo de la PUCP disminuirá, aunque quizá no significativamente en los próximos cinco años. Sería ideal bajar las pensiones, o reducir el numero de alumnos, pero ese es un circulo que no es fácil cuadrar, sobre todo si no tendremos más fuentes de financiamiento. ¿Cómo haremos? 
  4. Asumiendo que conflictos del pasado no nos sigan persiguiendo, igual tendremos que estar en guardia para las reencarnaciones que estos tomarán. Las jubilaciones seguirán siendo un tema, más allá que se solucioné el conflicto específico actual, bajo el principio básico que es imposible mantener privilegios que no existen ya en el Perú, como la cédula viva (que de eso se trata el pleito por la CPJ). También la relación con la iglesia católica será un asunto que puede volver a aflorar, sobre todo cuando la primavera reformista de Bergoglio termina y se produzca un (para nada inverosímil) regreso conservador. La carrera docente sigue siendo un tema: ¿qué profesores queremos? ¿cómo medimos su productividad? ¿cuántos recursos deben generar o conseguir? ¿qué hacer con las especialidades que no son viables? ¿qué hacer con las especialidades que son viables pero solo si se las mantiene en situación precaria en términos de equipamiento e instalaciones? 
  5. El entorno político nacional es una fuente constante de conflictos. En el vacío que está quedando luego del colapso del "orden" post-fujimorista, nadie sabe realmente qué emergerá: ¿una refundación portaliana que cree un estado eficiente? ¿los nuevos ochenta, con los restos de la alianza política y económica alrededor del "modelo" luchando contra las fuerzas emergentes que solo querrán destruirlo todo? ¿un mundo de acuñas, lunas y similares, destazando el estado para sacar pedazos de los cuales medrar? Todo esto puede poner a la PUCP en una situación parecida a la brutal precariedad de finales de los ochenta, no más sin terrorismo ni hiperinflación. ¿Cuál es el plan? ¿qué podemos hacer para evitar los resultados más peligrosos, no tan solo para la PUCP, sino para el Perú? 
  6. ¿Qué le ofrecemos al Perú? Ya, formamos profesionales de calidad. Pero como académico del que se espera que publique internacionalmente, conozco de cerca la curiosa sensación de culminar un trabajo que luego es leído por cinco gatos y que resulta en impactos completamente endogámicos al interior de un grupo de especialistas, pero que no le hace ni cosquillas a la realidad nacional. ¿Como lograremos balancear la demanda por calidad académica --definida por las transnacionales de la comunicación académica, con y sin fines de lucro-- y la demanda por relevancia nacional, en este nuestro rincón menor de un mundo bajo amenazas varias? No me refiero a cómo lo puedo solucionar yo o cualquier otro profesor: ¿cómo lo hará la PUCP? ¿Qué buscaremos lograr? 
  7. Para terminar, todo esto requiere mejorar significativamente la gestión administrativa de la Universidad. Errores tremendos, que no tuvieron costo político, nos han dejado cojos. Se requiere hacer inversiones significativas, pero sobre todo aceptar que habrá mucho por cambiar y que hay costos de todo tipo asociados a estas inversiones. ¿Hay claridad de qué hay que hacer? ¿hay claridad del costo de asumir esos costos?


Nada, solo ideas para conversar entre nosotros, aunque no tengamos --mucha-- vela en el entierro electoral.