domingo, 15 de marzo de 2009

Solo faltan dos años... (II)


Hay muchos, pero poco serán los llamados. La vocación continuista consiste en subirse al carro del éxito económico sin mover las aguas más allá de lo necesario para la campaña. Por ahí una mano dura, por allá una promesa nacionalista, pero los continuistas son simplemente los representantes del "aquí no pasa nada" que parece ser parte del ethos nacional. Me hacen pensar en los B-52's.

Sus posiciones son criticables desde la izquierda y desde la derecha. Desde la izquierda, a la que identificaré con la necesidad de cambiar el país primordialmente para beneficio de los que no tienen acceso al bienestar material, la principal crítica a los continuistas es su vocación de avestruces, incapaces de ver más allá de lo bueno que tenga el país, y asegurar que es cuestión de dejar que las cosas se acomoden solitas en el tiempo. Cuando Alejandro Toledo quedó espantado por el Arequipazo de 2002, estaba mostrando una grosera ignorancia de la clase media arequipeña, cuyo orgullo localista, más allá de sus razones, es una clara marca de fábrica. Ese es el precio que pagan los continuistas.

Desde la derecha, los continuistas son esencialmente cobardes que no se compran el pleito múltiple de abrir la economía, reformar el estado y sincerar los servicios públicos. El actual gobierno ha "tercerizado" la gestión de la relación de la economía peruana con el mundo en la persona de Mercedes Aráoz, que muestra una convicción sin par, aunada a inteligencia y eficacia, para llevar a buen puerto un proyecto que no es del Apra. Pero si dejemos de ver ese caso, nadie más muestra esa convicción, y es difícil imaginar a los continuistas mostrando semejante constancia en temas más delicados, como la reforma del estado.

El continuista eximio es Alejandro Toledo. Esencialmente incapaz de encontrar un rumbo propio, su gobierno solo funcionó cuando sus ministros tenían inteligencia e ideas, y no lo molestaban mucho. Sectores como Educación, Salud y Defensa fueron sometidos a una ducha escocesa de gestiones pasables alternadas por gestiones lamentables, simplemente porque el presidente Toledo no se lograba enfrentar con sus temores y angustias. Si sumamos a esta incapacidad de mando su necesidad de aúlicos, de corifeos que le digan que es bueno, que es sano y sagrado, y su opción por mantenerse ignorante de lo que realmente es el Perú desde un refugio comodón en Stanford, lo único a esperarse del candidato Toledo es una reivindicación de sus cinco años de semi parálisis y frivolidad a costas del éxito económico y del laisser passer en derechos humanos y políticas sociales, a cambio de la promesa de no cometer los mismos errores, promesa que asumo será incapaz de cumplir porque congenitamente es incapaz de enfrentar la realidad de sus propias limitaciones.

Living in your own Private Idaho
Underground like a wild potato.
Don't go on the patio.

Beware of the pool, blue bottomless pool.
It leads you straight right through the gate that opens on the pool.


Lourdes Flores tiene la ventaja de haber expuesto sus limitaciones como candidata, pero nunca en posiciones ejecutivas, así que puede proponernos la idea que ha cambiado y que como presidenta será efectiva y eficiente, gracias a que no sabemos realmente cómo actuaría en la presidencia, o para el caso en un ministerio. ¿Bases para afirmar esto? Ninguna en realidad. Sus convicciones son transparentes, tanto como su conservadurismo personal y su decisión de esconderse en su own private Idaho, su Stanforcito, el rectorado de la USIL, la mejor manera de reafirmar que el Perú para ella se reduce a los empresarios y su proyecto estrecho, basado en la colectiva chatura intelectual. No ha hecho nada más que estar en campaña al mismo tiempo que refugiarse en un lugar que la aleja cada vez más de la realidad de las angustias múltiples de la población y de los confusos y contradictorios discursos de qué hacer con el país, que atraviesan el Perú hasta hacerlo si bien no ingobernable, ineficiente, entrampado y falto de norte. De nuevo, dirá que ha cambiado, pero en realidad se ha escondido de la realidad del caos político del país para evitar cambiar. Esto la hace tan poco deseable como ganadora como el presidente Toledo.

El principal continuista, sin embargo, no es otro que ese Odría redux, Luis Castañeda. El alcalde ausente no tiene más idea de la gestión pública que esconderse de los conflictos y hacer obra. Eso no funcionó hace cuarenta años o hace veinticinco, con el inventor de la variante decente pero inútil del odriísmo que fue Fernando Belaúnde. Porqué tendría que funcionar en la segunda década del nuevo milenio, es una pregunta que podemos intuir jamás ha pasado por su mente. Alguien que no fue capaz de hacer que las revisiones técnicas funcionaran no podría comenzar a hacer funcionar el estado, a menos que el viejo dictum atribuido a Manuel Prado, eso de que en el Perú hay dos tipos de problemas, lo que se arreglan solos y los que nunca se arreglan, sea súbitamente válido. Salvo que se crea en esa premisa, pensar en este caballero como presidente es un acto nihilista.

Esto deja el panorama horriblemente vácio. Solo quedan los rupturistas, que merecen una discusión casi unipersonal.
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1 comentario:

xaxo dijo...

te respondo con partes de algo q puse en mi blog y que originalmente fue un coment a un texto de Número Zero sobre el mismo tema...

"La última encuesta que fue públicada por diversos medios ponen en primer lugar a Lourdes Flores con un 16%. Lo que no debemos olvidar es que este sondeo de opinión es su centralimo dado que fue realizado en Lima y no refleja una imagen del mapa político del país.
Dentro de las cosas que debemos resaltar de esta encuesta es la posición que aun mantiene la lideresa del PPC en la capital.

Siguiendole el paso viene Luis Castañeda, quien en una eventual campaña tendría que ganarse al electorado de provincias que desconoce sus acciones como burgomaestre de Lima. 'El Mudo' Castañeda debe estar posando su mirada sobre el sector norte, recordando que es chiclayano, ya que el sur a demostrado favorecer a Ollanta Humala."