Me temo que muy probablemente no lo hagamos. Hay críticas al movimiento "Salvemos Barranco" que tienen trazas de validez: cualquiera puedo haber previsto que el sistema Metropolitano de buses articulados era una solución parcial y "motorizadora" de los problemas de transporte de Lima, que no son solamente la disponibilidad de los buses o las rutas, sino una cuestión sistémica: el Metropolitano no es una solución sistémica, sino parcial. Cualquiera pudo ser escéptico ante la falta de transparencia y la carencia de claridad de parte del alcalde metropolitano. Quejarse ahora es algo, lamentablemente "muy peruano": igual pasó con la estafa maestra de Kouri (también llamada Vía Expresa del Callao) o con las revisiones técnicas o con tantas otras cosas que no resisten mucho análisis pero que se malinterpretan como "modernidad" porque traen cemento y cosas que hacen ruido.
En otras palabras: también es nuestra culpa, por pavos e incautos. Jamás debimos creerle a Castañeda.
Pero ¿cómo solucionar esto? Se me ocurren tres cosas mínimas:
- Velocidad: siquiera con el pretexto del plan anticrisis, Castañeda debería comprometerse a acelerar las obras para que estén terminadas lo antes posible, no cerca de las elecciones.
- Planificación: ya es sabido (o por lo menos creemos saber) que solo el 8% de la demanda de transporte será cubierto por el Metropolitano cuando esté terminado. ¿Cuál es el plan para el 92% restante? ¿Cuántas décadas tomará realizarlo? ¿O está confiando que para ese entonces, usaremos esto o tal vez esto como transporte?
- Legislación: Lima necesita una estructura legal coherente e integral para el transporte, que no separe artificialmente en dos (Lima y Callao) y que otorgue claramente el control de toda la situación a la ciudad, sin resquicios para los vecinos; una suerte de autoridad autonóma que otorgue rutas basadas en la demanda, que expulgue la ciudad de vejeces y tonterías como los mototaxis en zonas urbanas, y que piense cómo crear un sistema masivo de verdad para una ciudad que necesita a gritos sacar a la gente de sus carros y ponerla en trenes, no en buses.
Roberto Bustamante ha seguido con inteligencia el tema, y su blog es un ejemplo de participación cívica.
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