Asumamos que nadie está realmente sorprendido por los resultados de la evaluación docente. Efectivamente, la calidad de los candidatos es baja, como también la de los docentes que ya trabajan en los colegios, y asumamos, de aquellos que quieren ser profesores y están estudiando, puesto que son en su mayoría producto de los mismos profesores malos que ya conocemos. La cuestión es qué hacer.
Roberto Bustamante hace una buena sumilla de la situación: falta de transparencia, inconsistencia en el tratamiento de los examinados, la inconsistencia de la actitud declarada por los padres frente a la realidad que vivimos, etcétera. Pero hay dos factores que están pendientes más allá de las declaraciones: el SUTEP y el ministerio.
¿En qué posición queda el SUTEP? Declaraciones más bien simplonas han dado, pero si hay un momento en donde se debería sacar de juego a la enquistada cohorte maoista que maneja al sindicato es ahora. Han perdido al menos dos grandes batallas con este gobierno pero hasta siguen ahí, esencialmente enteros y listos para tomar la iniciativa. Claro está, es una iniciativa banal, porque solo se trata de pedir siempre algo más de lo que se le podrá dar al magisterio: los puedo imaginar en un eventual futuro venturoso para el Perú, cuando hayamos logrado convertirnos en los Pumas de América del Sur, pidiendo vacaciones pagadas en Cuba, computadoras nuevas cada año y aumentos por encima el costo de vida, amenazando y eventualmente realizando paros y huelgas docentes. Es más o menos obvio que el gobierno actual no tiene una estrategia para aprovechar que están al menos a la defensiva.
Lo que lleva necesariamente a la pregunta de fondo: ¿qué va a hacer el gobierno? Mejor dicho, qué tiene pensado Albert Chang Einstein (Caretas dixit) para solucionar el problema. Porque acreditación de la formación de docentes, no hay; acreditación de la formación universitaria en general, no hay; plan de contingencia (¿contratar a otros profesionales, quizá?) no hay; solo hay computadoras.
Digamos que el SUTEP tiene un rival a su nivel. Salvo cuando Nicolás Lynch lo enfrentó en serio en su corto paso por el ministerio de educación, nada se ha hecho en serio para sacarlo de la ecuación y lograr mejorar de verdad la cuestión de educación básica. Los cuatro años posteriores a Lynch en el gobierno de Toledo fueron un walk-over en política educacional y le permitieron recuperar todo el terreno perdido al SUTEP. El año y medio pasado de Chang (porque no es el Apra, es un pedazo del Apra) en el ministerio ha sido triunfos tácticos desperdiciados por ausencia de estrategia. Dudo que vaya a sacar un as bajo la manga, entre otras cosas porque se necesitan como 52 ases bajo la manga para hacerla.
Veremos. Aunque no creo que veamos mucho.
1 comentario:
¿No crees que si hubiera una inversión brutal en salarios y capacitación, los maestros se distanciarían de las dinámicas del SUTEP? Es decir, si una parte considerable de los maestros empieza a ganar más y sabe que ganarían mucho más si rindieran mejor (salarios dignos con meritocracia, no por separado); tendrían ya otra amplitud de miras, mucho más independencia profesional y harían menos caso a las doctrinas de la dirigencia.
Soy de los que cree que la fortaleza del SUTEP está en saber conectar con una mayoría de maestros temerosos de que les quiten lo poco que tienen. Y no hay una oferta mejor para ellos. No con la inversión a cuentagotas del Estado en educación.
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