Hace fácil 40 años, un sábado por la tarde, entré con mi madre a ver una película que ofrecía ser entretenida sin mucha pretensión: extraterrestres, robots malos, un viejito que junto a niños de mi edad o algo así enfrentaba el mal y lograba triunfar. No tenía idea que era mi primer contacto con un corpus audiovisual que a estas alturas está en camino de convertirse en cincuentenario. Se llamaba Doctor Who y los Daleks. Sí, se trataba del Doctor.
OK, en general se acepta que esta película y una más filmada hacia 1965 no son parte del canon, es decir del conjunto de las obras que no solo refieren o tratan del mismo personaje, sino que son aceptadas como parte de la historia que debe ser respetada y eventualmente referenciada cuando se escribe algo nuevo sobre el Doctor. Pero igual. Esa película sobrevivió en varias semanas de juegos en los cuales insistía en que me atacaban los Daleks, a los que vencía con la combinación de inteligencia, astucia e improvisación que caracterizaba a ese Doctor, como lo ha hecho en buena medida a todos los Doctores.
Salto hasta 2006: una noche de viernes, serendipíticamente, me topé con el primer episodio de la primera temporada del revival de Doctor Who. Rose, ese primer episodio, capturó mi atención y me convirtió poco a poco en un Whovian, en un fan declarado y dedicado de la serie. Esta serie que el 23 de noviembre cumple 50 años de su primera emisión, y que los celebrará con un evento singular y potencialmente transformativo: la transmisión global simultánea del episodio especial por los cincuenta años, a la misma hora, en 75 países del mundo. En el Perú se podrá ver en BBC Entertainment por cable, y en varias salas de cine 3D. Largo camino desde ese accidente cinemero de hace 40 años, a la realidad transmedial de ahora.
¿La razón? Más allá de ser en su nativa Gran Bretaña un fenómeno masivo, en el sentido tradicional de la televisión de señal abierta, Doctor Who tiene una base de fans global que tiene las características de eso que se llama un cultura de fans: altamente conectados, dedicados e informados, dispuestos a conseguir lo que quieren sin esperar. Este especial de aniversario, de no ser transmitido en simultáneo, sería bajado sin el más mínimo empacho por los fans del mundo entero apenas terminará de ser visto en la BBC, como igual lo será luego que sea visto por esa comunidad de fans que en todo el mundo espera el Día del Doctor, que es el nombre del episodio tanto como el día del acontecimiento.
La BBC ha sabido promover el episodio de manera muy adecuada para estos tiempos: aparte de la cobertura que se puede esperar de un programa televisivo, los trailers y teasers han sido publicado en YouTube al mismo tiempo que han sido emitido en los canales de la BBC; aparte de posters para las calles británicas se ha creado una campaña con hashtags: #savetheday es la manera de seguir y difundir todo lo relacionado con el Día del Doctor. Encima, han enriquecido el corpus con un episodio que explica un acontecimiento faltante, que no voy a explicar aquí sino en los días que vienen. En suma: han hecho su tarea, alimentando al monstruo global.
Una serie nacida en la televisión en blanco y negro, cuando los episodios se filmaban en video directo, con poca edición y sin mayor postproducción, que sobrevivió por 26 años seguidos con altas y bajas, que durmió televisivamente por 16 años mientras los fans se sostenían con revistas, comics, novelas, radionovelas, una película para televisión y fan fiction, para revivir como un drama moderno el 2005 y que tiene una vitalidad impresionante, se muestra como el mejor ejemplo de la transformación televisiva que estamos viviendo: producida por un show-runner que le da la consistencia que el fan de estos tiempos, criado con series con arcos narrativos de varias temporadas, espera y ansía; compleja en su recurrencia en el uso del canon pero narrativamente asequible para el televidente medianamente dedicado; complementada por mucho contenido en otros medios; acogedora de los fans y su vocación por crear contenido extra; rica en referencias internas y externas.
Esta semana es, inevitablemente, la Semana del Doctor. Si bien el cincuentenario del asesinato de JFK merece algunas reflexiones sobre cómo ha cambiado el periodismo, la noción de noticia y la vida misma con la predominancia del video casero, dejaré eso a otros. Esta Semana del Doctor merece ser cubierta con miradas desde varios ángulos a lo que es un tema importante de reflexión sobre el futuro de los medios, pero que además es un pretexto fantástico para alimentar al monstruo, del que me encanta formar parte.
Allons-y, como diría mi Doctor favorito (todos los fans tenemos un Doctor favorito). A celebrar esa creación encantadora, completamente británica pero a estas alturas universal para los fans, que expande lo que entendemos por ficción a través de un personaje que celebra la inteligencia, el ingenio, la amistad y los lazos que nos unen. Celebremos juntos la Semana del Doctor.
Martes: La narrativa básica, ¿de qué trata Doctor Who?
Miércoles: Las muchas vidas del Doctor
Jueves: Showrunners, arcos y narrativas, o como manejar un canon de cincuenta años
Viernes: Para conocer al Doctor: 11 recomendaciones para once doctores
2 comentarios:
Amen to that.
¡Genial! Amo Doctor Who así que tienes asegurada una lectora del blog esta semana.
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