Ultima entrega de la Semana del Doctor
Al final, el especial del cincuentenario hizo honor a las circunstancias. No voy a hacer una reseña o cosa por el estilo, simplemente afirmar que pocas veces tanto se ha hecho para los fans de una serie como en este caso.
No solo fue The Day of The Doctor, un episodio de la serie que marca cambios importantes al mismo tiempo que ofreció una historia (o suma de historias) que valen la pena por ellas mismas, y que además contó con suficientes cariñitos para los fans como para que el placer fuera total. Desde mínimas cosas como la broma del décimo Doctor "negando" que había inventado lo de timey-wimey ante el reproche del Doctor de la Guerra, hasta las apariciones de un Tom Baker haciendo de algo que no sabemos exactamente qué es pero que sin duda es parte de la historia del Doctor, y las cejas de Peter Capaldi en la escena culminante de los trece doctores resolviendo el conflicto más serio de la historia universal... brillante, entretenido, inteligente y satisfactorio.
Un detalle técnico: el 3D fue digamos irrelevante, pero al menos no fue molesto, lo que es más que muchas otras veces en donde se pierde tanto detalle que uno no sabe lo que está pasando.
Un detalle narrativo: las escenas de combate por lo general son confusas. Pienso en Transformers en donde realmente uno no tiene idea qué está pasando, y peor si es en 3D. Nick Hurran logró hacer escenas de combate con la cuota casi perfecta de confusión y acción comprensible, y la verdad es eso es un enorme mérito.
Una curiosidad: ¿por qué el Doctor escribió "nunca más" en inglés y no en gallifreyano? Pregunta de fan o más bien de nerd, pero igual me quedó dando vueltas.
Pero lo que más me llama la atención es que el cincuentenario ha traído tanto contenido. Hubiera bastado con The Day of the Doctor, pero se ha regalado a los fans con mucho más.
The Day of the Doctor como experiencia, incluyendo el simulcast global y los cines. Como episodio, creo que se lo puede ver más de una vez con mucho gusto. De hecho luego del cine, la repetición en BBC Entertainment de la noche fue más que bienvenida.
An Adventure in Space and Time, el docudrama sobre los inicios de Doctor Who, es una delicia, con una reconstrucción de época espectacular, una actuación de David Bradley como Hartnell estremecedora, y una historia entretenida y tierna.
Como coda o contrapunto, el otro homenaje largo, "The Five(ish) Doctors Reboot" es puro fandom y comedia ligera pero deliciosa. Es una historia en el "mundo real", es decir sobre las personas mismas que vemos en cámara, sin pretensión de estar actuando. Desde las ganas de tres de los actores más veteranos que han hecho del Doctor (Peter Davison, Colin Baker y Sylvester McCoy) de burlarse de sí mismos hasta los cameos de Ian McKellen o David Tennant, con bromas tan buenas como que existe algo así como The Dalek Operator's Gazette o que John Barrowman tiene un secreto escandoloso, que es lo inverso a lo que uno esperaría hiciera escándalo sobre él hace cincuenta años; o que Russell T "The Davies" estaba tan ansioso de participar en el cincuentenario que trató de meterse por la ventana en el proyecto secundario de Davison (quien lo trata con el desprecio cachoso con el que Moffat lo trata a él); es probablemente incomprensible para el no fan pero una delicia total para el que sí lo es. Un lujo de proyecto que obviamente fue negociado con Davison ante la imposibilidad de incluir en personaje en el especial de los 50 años.
Los dos miniepisodios: Night of the Doctor que cierra un círculo, al finalizar la historia del octavo doctor; y The Last Day, que es un breve momento de la caída de Arcadia, algo que se escuchó antes pero no se entendía, y que permitió saber de antemano qué era una trinchera espacial. Complementos pero igualmente satisfactorios.
Las cuñas para el cine: primero Strax explicándonos qué nos va a pasar si no respetamos la etiqueta de una sala de cine, y luego el undécimo y el décimo Doctor pidiéndonos que nos pongamos los lentes 3D, aunque sepamos que el centenario será en 12D; una tercera cuña, con Ron Burgundy (sí, el personaje de la película) habla de Peter Capaldi como parte de la promoción de la segunda parte de Anchorman, pero en fin, eso es aparte.
Sumemosle todo lo demás: la invitación en donde uno podía poner su cara en los créditos, Matt Smith hablando de hashtags, etcétera...
Es decir, tanto para regresar y disfrutar. La fiesta perfecta.
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