martes, 4 de diciembre de 2012

La cultura digital y la identidad: de regreso a nerdlandia

Hace cinco años me hice la pregunta identitaria básica, que en realidad creo sigue sin respuesta: ¿soy un geek, un hacker, un nerd o un friki? Me sigue interesando, por dos razones completamente distintas. Por un lado, porque muchos se identifican con los elementos generales de las subculturas digitales que pueden asociarse con el nerd o el hacker sin necesariamente serlo. Por otro, casos individuales de visibilización de nerds exitosos o por lo menos interesantes (Nate Silver en la vida real, Big Bang Theory en televisión) llevan a cierta popularidad de la idea que al final, sin importar tu falta de contacto con las modas o las tendencias socialmente aceptables, los marginales triunfarán.

Como planteó memorablemente John Hodgman en 2009, el triunfo de Obama parecía ser la venganza de los nerds; esto bajo la lógica más tradicional de la oposición entre jocks y nerds: Bush era un jock, alguien cuya confianza estaba sobredimensionada, que todo lo ponía en términos de competencia, y que valoraba una actuación masculina por encima de todo. El nerd en cambio asumía que el mundo es complejo, que la observación es importante, y que no siempre se puede ganar en todo.

Durante la elección presidencial reciente, los medios de EEUU insistieron hasta el último minuto en que las cosas estaban peleadas y que realmente no se sabía quién podía ganar; por su lado, Nate Silver, un nerd estereotípico (bajito, cara de mongo, niño genio en matemáticas, judío y gay) había construido un modelo estadístico que básicamente decía que Obama no iba a tener problema alguno para ganar y que realmente la elección jamás estuvo en disputa. Demás está decir que a pesar de los insultos sobre su masculinidad y el reclamo de muchos periodistas sobre que su "instinto" o "sus tripas" les decía que la cosa estaba imposiblemente peleada, el nerd ganó.

Un nerd entonces es alguien que tiene habilidades intelectuales superiores, que por esas cosas de la vida suelen ser identificadas además con ciertos gustos y debilidades: el nerd parece tener poca capacidad social, lo que es más reflejo de la manera como funciona su cabeza que una condición para ser nerd; revisando la biografía de Stephen Hawking, el epítome del nerd, vemos que era tan capo intelectualmente que no iba a clases y realmente no se esforzaba nada, y se dedicaba al vacilón. Comportamiento de jock, en realidad, pero en su caso porque su cabeza estaba más allá de la de cualquiera de sus semejantes.

En otras palabras: ser una bestia en las relaciones sociales y refugiarse en ciertas formas culturales no te convierte en nerd, sino que te permite conocer nerds porque ellos terminan ahí por sus propias razones. Un nerd puede ser aficionado a Viaje a las Estrellas, pero también puede ser músico: Bach es un ídolo común de muchos nerds, porque su música es una mezcla increíble de racionalidad y sentimiento, y apreciarla plenamente requiere no solo gusto sino también inteligencia y preparación musical. Hay pocas cosas más nerds en la historia de la civilización humana que la Ofrenda Musical, y tal vez pocas cosas llegan a las escalas de belleza que alcanza esa colección (si no me creen, escuchen esto, que se basa en una adivinanza musical que jamás fue resuelta).

Lo que tenemos ahora más que nerds, es abundancia de geeks, entendidos estos como interesados en actividades minoritarias y algo extrañas (a partir del origen de un geek como un fenómeno de circo). Digamos que un geek debe tener un prefijo: AV Geek, Comic Geek, Computer Geek; recordemos que en japonés el término equivalente es otaku, que se usa en el resto del mundo para definir a un geek de lo massmediático japonés: anime/manga, por ejemplo.

Es decir, la materia de interés define lo que uno es. Un buen nerd puede ser además geek de muchos temas, e incluso puede incorporar otras cosas como el cosplay, pero estas son manifestaciones de intereses sin que definan al nerd como tal; el cosplayer puede ser simplemente eso, es decir alguien aficionado a vestirse de ciertos personajes, lo que hace cercano o afín a muchas subculturas, pero no lo vuelve un nerd.

Hay un término español que sirve como parteaguas: el friki no es más que un consumidor de los productos de las subculturas que podríamos agrupar genéricamente bajo el término "geek": desde la ciencia ficción hasta el anime, la frikitud se define por el consumo, no por cuestiones intelectuales. Genericamente podría mezclar a nerds con hackers, geeks, otakus y cosplayers, pero esto no hace que todos sean realmente lo mismo.

Ahí yace el problema de Big Bang Theory: presenta a un conjunto de nerds pero los define por sus particularidades de consumo cultural. Leonard Hofstadter (el apellido es una referencia profundamente nerd) toca el chelo, pero también se viste de piloto de Galactica; lo que es más divertido es el cosplaying, antes que el hecho que pueda interpretar a Bach. Ergo: se refuerza la supuesta asociación entre el consumo y las características intelectuales.

Por ello, creo que está claro que los nerds, y su variante informática más precisa que son los hackers, son algo muy distinto a todo lo que comienza a partir de geek. Sin nerds no habríamos llegado a la Luna, y es apenas un accidente que muchos nerds sean aficionados (supongo, no me consta) a los comics. A la inversa: que los geeks de los comics se emocionen con el Curiosity no los hace nerds, los hace personas con una sensibilidad favorable a las actividades científicas, pero no necesariamente capaces de trabajar en el JPL como Howard Wolowitz, salvo como encargados de la limpieza.

No soy nerd, aunque me hubiera gustado; me encantaría poder tocar siquiera el triángulo en una interpretación del Ricercar a 6 de Bach, o corregirle las ecuaciones a un ingeniero en el JPL, pero ambas cosas están fuera de la cuestión. Me gusta la ciencia ficción, ligeramente la fantasía estilo Señor de los Anillos, pero prefiero leer a Pamuk o a Tom Sharpe que comics, porque me hacen más feliz nada más.  Soy algo geek, pero no andaría con una toalla menos de lo que me pondría una insignia de Star Trek, y ambas colecciones de obras son y serán parte importante de mi vida. Tampoco celebraría el día del orgullo friki, porque lo que realmente se debe celebrar ese día es el día de la toalla :)

Pero supongo que si puedo escribir algo como esto... es porque soy más geek de lo que quisiera admitir.


2 comentarios:

Darkbeam dijo...
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Darkbeam dijo...

Relevante, precisa como hipótesis (en el sentido de Lyotard ... como herramienta conceptual justificada por su capacidad discriminatoria).
Como suele suceder en temas de cultura e identidad, depende también del dónde y el cuándo.
Acá puedes ser divertido que digas o te digan "otaku"; no todos los japoneses se reirían con la chapa. Mutatis mutandi puede ser medio nerdy hacer cosplay en la ComicCon gringa. Sospecho que hacer cosplay en el Otakufest, es para un buen grupo de jóvenes de sectores populares un espacio de visiblización de esos que "sortean" los otros espacios donde son excluidos.

Finalmente, imaginando a Ford Prefect apelar a la etiqueta básica de la "Hitchhiker's Guide...." sugiero cambiar la etiqueta de "Sonsera" a tu post... :)