domingo, 30 de diciembre de 2012

2012 (4): ¿dónde está la plata?

No es que Facebook esté a punto de quebrar, pero el fracaso de su OPA fue apuntó al problema de siempre: nadie sabe cómo hacer negocio sin crecimiento constante. Ese patrón emergió en los noventa, cuando ideas desde brillantes hasta discutibles (e-bay o pets.com, digamos) se fundamentaron en el crecimiento de su base de consumidores para crear valor a través de su presencia comercial, la que inevitablemente permitiría establecer modelos de negocio en el futuro mediato. E-bay lo logró, pets.com no, pero en el camino ambas, así como muchas otras, quemaron mucho capital de riesgo y colaboraron con la creación de la burbuja de los puntos com de 2000.

Sin duda no es el caso en estos tiempos, porque por un lado Facebook se traga mucho del tráfico de la Internet actual; la Internet misma está madura y las innovaciones no son tan obvias, como poner una tienda para mascotas, y esto hace que sea necesario pensar un poco más el modelo de negocios y ser creativo para proponer algo distinto en serio. Pero esto no hace que los resultados sean mucho muy distintos.

La garantía de éxito financiero sigue siendo que te compre uno más grande. Instagram, vendida por una suma absurda a Facebook, es un ejemplo perfecto de una idea interesante pero que no logra un modelo de negocios: el público no está dispuesto a pagar porque no está acostumbrado a pagar, la idea es relativamente fácil de replicar con ligeros cambios, el producto es caro de mantener y de actualizar constantemente relativo a los ingresos que consigue. Por cada Rovio y su interminable serie de pajaritos empinchados, hay una Zynga a la que las granjas no le producen suficientes ingresos para dejar la categoría "en peligro de desahucio".

Y por otro lado, como el Economist saludó hace unos números, los creadores independientes pueden encontrar salidas propias, como en el caso del dibujo humorístico, donde XKCD, lento pero seguro, muestra que manteniendo costos bajos, un diálogo inteligente con sus lectores y alta calidad, se puede tener éxito no solo moral, sino también económico. No es para todos, pero en general, el éxito no es para todos.

La e-conomía, o la economía digital, sigue siendo complicada. Los consumidores son inconstantes, son demandantes y sobre todo, son tribales, agrupándose en pequeñas aldeas en donde se consume apasionadamente, sin límites y muchas veces sin consideración alguna sobre los derechos intelectuales y patrimoniales de los creadores. Esta pasión tribal es fantástica si se logra un equilibrio entre la oferta y su financiamiento a través de una serie de mecanismos, que incluyen costos bajos. Pero puede ser fatal intentar el éxito sin mucha flexibilidad y sobre todo, asumiendo que lo único necesario es crecer y crecer en usuarios. El dilema de Facebook, que está llegando a un límite de crecimiento en su sitio web y que no puede depender tanto del avisaje en su versión móvil, es el mejor ejemplo: tarde o temprano tendrán que hacerse la pregunta sobre cómo sobrevivir con ingresos planos pero con demandas de sus consumidores cada vez más intensas. ¿Podrán?

A ver qué pasa el 2013... gigantes en riesgo, PYMEs en crecimiento, y siempre alguna "nueva novedad" que puede alterar toda la ecuación.

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