Algo más ligero, por así decirlo, para comenzar la semana: el Observer, la versión dominical del Guardian, ha publicado una deliciosa crónica en alabanza de la comida peruana. Vale leerla completa, pero dos observaciones merecen traducción inmediata:
Machu Picchu may be one of the new Seven Wonders of the World, but it is really just a four-day schlepp up a big hill to watch the sunrise over a pile of rubble. The real reason to visit Peru is the food.
(Macchu Picchu será una de las nuevas Siete Maravillas del Mundo, pero no es más que una arrastrada de cuatro días hasta una colina para ver el amanecer sobre un montón de escombros. La verdadera razón para visitar el Perú es la comida)
Podrán decir que ya lo sabemos, pero igual es interesante escucharlo con tanto énfasis. Considerando que el periodista no fue al Norte del país, digamos que le faltó la tercera gran pata de la mesa (comida criolla, comida andina así en general, y comida norteña). Tampoco fue a la selva pero la comida de allá no es tan interesante como el resto del país.
Para terminar, una pregunta que tiene eco permanente en Gastón Acurio: "How can it be possible, with such amazing and diverse foods on offer in this country, that every high street in the world does not have a Peruvian restaurant alongside the Indian, Italian and Chinese ones?" (¿cómo es posible, que con tal asombrosa y diversa oferta de comida en este páis, no haya un restaurant peruano al lado de los restaurantes indios, chinos e italianos de cada calle comercial del mundo?).
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