En varios medios digitales se ha mencionado recientemente el tema de la inteligencia y la tecnología. Sea un estudio de la Universidad de Stanford sobre inteligencia y manejo simultáneo de tareas que me ha resultado muy interesante, o un debate en el Wall Street Journal. Como dice el estudio, nuestra habilidad para enfocarnos intelectualmente está siendo debilitada por golpes de información (bursts), como cañonazos que entran sin permiso.
La saturación mediática tiene como resultado práctico la saturación intelectual, como cualquiera con varias cuentas de correo, más chat, más Facebook, puede atestiguar. Para algunas profesiones, como el periodismo, es un estado natural, casi edénico. Para otras, en cambio, esta saturación es contraproducente, porque impide realizar tareas de largo plazo.
En mi experiencia como docente universitario, se trata de habilidades concurrentes que no sabemos bien cómo manejar o cómo fomentar. Sería absurdo asumir que los estudiantes no manejen un entorno informacional saturado, pero también lo es pensar que se puede ser un creador intelectual sin la habilidad de ver tareas complejas y de largo plazo, en términos estratégicos. Los tipos de concentración influyen en esto, sin lugar a dudas.
El New York Times publica un par de pruebas para ver qué tan bueno es uno para la concentración y la multitarea. Vale la pena tomarlos y ver qué pasa. En mi caso, me ha sorprendido descubrir que mis habilidades de concentración son altas y que no soy un buen multitasker, contra lo que pensaba. Asumo que hace un par de décadas era mucho mejor para las tareas complejas que ahora...
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario