Por eso David Rivera era tan bacán. Escribiendo en El Comercio, diario indiscutiblemente pro-empresarial, pero con inteligencia, ojo crítico e interés en ampliar el comentario hacia la sociedad, no achicarlo hacia el imaginario empresarial. Lástima, realmente lástima, que deja Día-1, el suplemento émulo del Financial Times (por el papelito rosadito, digo) de los lunes del Comercio. Un suplemento indispensable para conocer cómo marcha la economía del país, que estaba a cargo de alguien capaz de ver que el bienestar de todos no consiste tan solo en la opulencia de unos pocos.
Su despedida es de primera: una crítica directa a la completa medievalidad de nuestros capitanes de industria:
Señor presidente del gremio de gremios, Jaime Cáceres, y demás líderes empresariales, ¿qué entienden por inclusión? ¿Cuando mencionan la palabra, consideran que los involucra? ¿Cómo? ¿O creerán que es algo etéreo y para terceros? No vayan a quedarse con la boca abierta otra vez en el 2011. Están en (casi) nada.Léanlo completo, y extrañen al chato. El buen periodismo ha perdido un adalid.
3 comentarios:
yo también era fan. una verdadera lástima. en serio.
Rivera supo mezclar libre mercado con discurso ético y sensibilidad social. Tal vez nuestros liberales económicos deberían aprender más de el.
Grande David! un gran aporte al periodismo peruano. Suerte y muchos exitos en tus proyectos.
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