El 2008 pinta interesante, incluso para nosotros peruanos. Hasta ahora, el negocio legal de la música en formatos digitales no nos ha incluido sino en parte; es posible que lentamente comencemos a incorporarnos.
Digo legal porque de los ilegales el gran negocio es la piratería y el negocio menor es la Darknet. De ambos gozamos, y mucho, en el Perú. Pero ¿qué pasa si alguien, por el motivo que sea, quiere comprar música? Las opciones son limitadas.
El negocio de la música, en general, está dividido en dos grandes partes: las majors, los cuatro conglomerados que controlan el grueso de la música (Sony BMG, Universal, EMI y Warner), y las indies, que no forman parte de los sistemas de distribución de las cuatro principales. La ventaja que trae la Internet para las indies es que se pueden agrupar para tener distribución global sin los inconvenientes de ceder a, o convertir en, una major. ¿Cómo? A través del único servicio comercial de venta de música en formato digital disponible en el Perú: emusic.
emusic es un servicio interesante si a) no se espera pop global comercial b) se quiere descubrir música interesante c) se quiere música clásica en sus distintas formas sin tanta devoción a nombres específicos. Si por ejemplo uno quiere Un bel di vendremo de Madame Butterfly, pero no busca la versión del 74 en Deutsche Grammophon dirigida por von Karajan, emusic es el sitio: hay una cantidad de versiones, algunas buenísimas, otras completamente desconocidas. Yo llegué a emusic porque vendían Another Day on Earth de Brian Eno, que ya no está disponible en emusic, en su plan estándar: 40 archivos al mes por un precio flat, en mi caso 10 dólares (ha cambiado un poco para mal, pero sigue siendo una buena oferta). Los archivos están en MP3 de 172 a 224 kbps, sin DRM ni nada, y se pueden usar como uno quiera. Es más, mientras un archivo permanezca en el sitio, uno lo puede bajar todas las veces que quiera sin costo alguno. Encima, regalan 50 archivos a cambio de pre-suscribirse.
¿Fantástico? Sin duda si es lo que uno quiere. Pero como me dijo el mismo sitio cuando buscaba Back in Black (uno tiene sus debilidades adolescentes...) "We strongly believe in independent music and its culture, and do not currently carry many mainstream, Top 40 artists." En otras palabras, más sinceras, "las majors no quieren que vendamos música a precios flat tan bajo, y sin DRM". Bueno, a cambio de eso en emusic descubrí a Neko Case, que ya no está en su catálogo, a Yo la Tengo (que sí está), a Stereolab, a Gas, casi completé mi colección de Miles Davis, y escuché la banda sonora que Mogwai dedicó a Zidane... así que puedo aguantar mi carencia de AC/DC.
Si uno quiere el Top 40 de ayer o de hoy, en el Perú no tenemos opción legal. iTunes no vende sino en algunos países y solo parte de su catálogo (a precios ligeramente más altos) sin DRM, además de usar un formato particular (AAC) al que le añade DRM propio. Tampoco el Zune Marketplace vende sino en unos países (además ¿quién quiere usar un Zune?); Amazon tiene un gran catálogo de todas las majors, y sin DRM, pero no vende fuera de los Estados Unidos, e incluso Deutsche Grammophon vende solo en algunos países su excelente catálogo en un apabullante muestreo de 320 kbps y sin DRM.
Lo que pasa es que las majors quisieran controlar la cosa mejor: no ofrecer la música a un precio flat como lo hace Apple, sino a distintos precios según demanda, como lo hacen en Amazon; vender la menor cantidad de canciones sueltas y seguir amarrando todo en albums, aunque no parece que esto sea viable en el mediano plazo; y sobre todo, obtener parte de las ventas del hardware, como lo han logrado hacer con el Zune pero no lo lograrán con el iPod (Jobs se muere antes de soltar ingresos de su producto premium).
Ahora se anuncia que Amazon quiere vender internacionalmente: qué significa eso para nos, simples peruanos, difícil de saber. Probablemente nada en el mediano plazo. Pero es parte de la guerrita entre las majors para sacar de juego a Apple, que las obliga a sus propios términos, y lograr el sueño del reproductor propio, puesto que adorarían que el iPod desapareciera y hubiera diversidad descontrolada de reproductores, usando todos el MP3, para que el hardware no domine el mercado. Al menos hace difícil que el DRM sobreviva mucho tiempo más, y abre la puerta para más experimentos en otros medios. Esto, unido a las opciones de músicos como Radiohead y Paul McCartney (cuyo Memory almost full está en emusic) sirven como señales que algo bueno puede sucedernos a los que optamos por comprar, siquiera de vez en cuando, la música que nos gusta.
6 comentarios:
hola
yo estoy con emusic hace ya años. en las etapas seminales del servicio habia una tarifa plana sin restricción en el número de downloads. y eso produjo un fenomeno interesante: los usuarios se comportaban como los canibales usuarios de la pirateria: bajaban música a razon de 10, 20 o 30 albumes por dia. en el transcurso de un mes uno podia tener, literalmente, 500 albumes nuevos.
pero emusic le puso fin a ese comportamiento -no resultaba nada rentable- alegando que era imposible escuchar tanta musica razonablemente durante el transcurso de toda una vida. lo que era verdad. si hay dos fenomenos que el mp3 ha producido en la manera como escuchamos musica son 1) acostumbrarnos a su poca calidad de sonido (chequear en rolling stone)
y 2)incitar una gula por informacion musical por su rapidez y comodidad.
es por eso que emusic, luego a manos de otros dueños, replanteó sus tarifas. yo me desafilié, pero regresé no hace mucho. estoy ahora en la de 20 dolares por 90 tracks. y desde que todo el catalogo de naxos de musica clasica esta disponible -ademas de otros sellos pequeños, pero con musica invalorable que en un inicio no estaban en emusic porque no era rentable- despues de ya casi un año con el nuevo regimen he visto cómo los gigas de informacion se han ido acumulando sin que pueda darme abasto para tanto.
para la relacion entre internet y la musica clasica este link de la pagina de axel ross, critico del new yorker.
saludos
Luis
Estimado Eduardo: también existe Magnatune (http://magnatune.com/) y Jamendo (http://blue.jamendo.com/es/), aunque no se si vendan internacionalmente. Lo que se es que en Magnatune uno puede escuchar la música que quiera gratis y si quiere bajarla uno la tiene que comprar, pero tiene la ventaja de que ofrecen la música no sólo en mp3 sino también en ogg (sin patentes) y flac (sin patentes y sin perdida de calidad) y wav. Jamendo me parece que sólo ofrecen en mp3 y ogg. Ambas las conocí porque con algunos programas de Gnome tienen plugins para comprar la música (algo asi como el itunes y el itunes store). Lo que si es que estas tampoco tienen artistas mainstream. Saludos!
Luis, gracias por el comentario y los enlaces. Respecto a tus acotaciones: mientras que estoy de acuerdo con lo de avidez descontrolada, lo de la calidad no me convence. Entiendo el argumento sobre el rango dinámico de lo analógico frente a la chatura de un formato "lossy" como el MP3, pero igual, creo que lo más importante es más bien la "privatización" de la experiencia, la cada vez mayor relación privada entre lo que escuchamos con audífonos frente a una experiencia más de grupo como podía ser en la época del tocadiscos. En fin, si encuentro el estudio que dice que el tema de la calidad no es tan significativo, lo coloco.
Jorge, gracias por el comentario. Jamendo, que sí conocía, y MagnaTunes (primera noticia, se agradece) son todavía muy pequeños como para significar mucho, al menos en comparación con emusic que es grande a pesar de ser solo "indie". En emusic, con sus altibajos, encuentra músicos en distintos estados de consagración, mientras que estos servicios son más para emergentes y sirven como modelo alternativo a la fórmula disquera como distribuidora/promotora, en la que todavía se apoya emusic. Nada de malo, solo que son todavía en pequeña escala. Ahí también está OD2, de Gabriel, o incluso la importancia de sitios como MySpace y Facebook para presentar nuevos músicos. Pero no es posible cubrirlo todo en un solo post...
hola eduardo
es cierto que los reproductores de mp3s han vuelto la experiencia privada más dúctil, pero me atrevería a decir que aquello de la "privatización" nació con el walkman, de amplio uso en los ochenta y noventa (con el discman), y que generó toda una subcultura. la imagen de un joven "autista" con los audífonos puestos, caminando por la calle y olvidándose del mundo es paradigmática y ochentera por excelencia. el ipod creo que sólo ha modernizado esa imagen.
sobre la calidad de sonido. la nota de la rolling stone hablaba de la nueva tendencia en la mezcla y masterizacion de la música (pop, se entiende) que al tener en mente que la mayoría de los consumidores sólo escuchará mp3s, está eliminando las sutilezas, los matices y las variaciones en el volumen en las grabaciones de origen.
pero coincido contigo que la "chatura" del mp3 no es un gran argumento (en ciertos casos es imperceptible). escuchar un buen long play con malos audifonos es peor.
saludos
Me parece que no hay que perder de vista el “Big Picture” y es que los servicios de distribución pagada de música a pesar de estar subiendo en ventas, tarde o temprano tendrán que mutar y luego morir.
La naturaleza misma de la información digital y por tanto de la música digital en el contexto de “democracia y liberalismo” occidental hace que tarde o temprano todo esfuerzo por DRMizar la música o cualquier formato de archivo sea inútil. Se tendría que tener un control vertical de la red o detener el crecimiento tecnológico (memoria disponible, rapidez de procesamiento, de conexión, etc.)
Si bien qtrax cometió un error ayer en su lanzamiento al apresurarse en decir que eran la solución sostenida por anuncios publicitarios para distribución de música, parece que ha solucionado sus problemas y empieza a distribuir música vía P2P de las majors. El modelo de qtrax no está completo y parece nacer con mala leche pero quien sabe si será o no el nuevo estándar, solo el tiempo lo dirá, la cuestión sigue siendo que Jobs y su modelo iTunes/iPod muy pronto tendrá que enfrentarse a algunos de los cambios más radicales en la historia de la industria del entretenimiento.
Por otro lado last.fm mi “weapon of choice” para música de todos los días también debe ser un modelo a tomar en cuenta. Si yo sé que es casi una radio, pero es radio en esteroides. Solo música, nada de locutores, siempre con buena calidad de sonido, si tienes una buena conexión no notas la diferencia entre la música en tu computadora y la de Internet, permite ampliar tus referencias musicales de una manera extraordinaria, entre otras cosas, ah y me olvidaba, es legal y desde hace una semana internacional.
Si a estos 2 ejemplos de modelos complementarios se le suma un reproductor, el sueño húmedo de las majors, llegaríamos a un esquema realmente nuevo y posiblemente interesante de tarifas planas y felicidad en streaming.
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