No me interesa hablar de política en este blog, porque finalmente no estoy más calificado para hacerlo que cualquier otro ciudadano, y por lo tanto no sería un aporte sino a la cacofonía bloguera. Pero siendo hoy 18 de enero, por lo menos quiero desahogarme.
Aunque creo que el peor alcalde de la historia de Lima reciente fue Ricardo Belmont, Luis Castañeda Lossio es probablemente más triste y chato. Escucharlo, con su torpe prosa y ausencia de imaginación, discutir la interminable sucesión de obras civiles que plantea como solución a cualquier problema, es un ejercicio de masoquismo que dejo usualmente a otros. Creo que Castañeda, en su constante ejercicio de capataz de obra, con su fiel escudero defendiendo su incapacidad como virtud divina, nos regala cada día que pasa una ciudad más pasmada. Lamentable.
Pero también sirve esto para mostrar la chatura de la política real y del electorado real. En la gestión edil no hay "candados" como los que hace que Alan García no pueda arruinar por completo ni la economía ni la institucionalidad republicana: no hay un FMI o un Banco Mundial diciéndole a Castañeda exactamente cómo debe gestionar la municipalidad y cómo no debe actuar; no hay la presión de los representantes demócratas o del Parlamento Europeo con las sanciones del TLC. En otras palabras, dejados a nuestra libre capacidad de hacer políticas públicas, terminamos con Castañeda, su visión de "gobierno" como "obras", su impavidez ante la ausencia de mecanismos de gestión, su adhesión acrítica al sentido común "concesionista" (v.g. las revisiones técnicas), y sobre todo la completa abdicación de cualquier convicción sobre la ciudad o imaginación compartida sobre ella, que se coloque sobre el temor a incomodar a cualquiera que pudiera no querer votar por él si hace algo que los moleste.
Por eso no va a tocar el transporte, por eso no se mete con la seguridad ciudadana, por eso no trata de promover participación vecinal en la toma de decisiones, por eso no va a proponer nada parecido a una ciudad que no esté bajo la égida de los de siempre con el pretexto de los "muchos", que quieren obras.
Un mediocre sin convicciones ni imaginación, timorato ante el conflicto y apasionado del cemento. Un personaje anclado en nociones baratas y torpes del progreso como aplicación de cemento y no como una vida en sociedad, que privilegie a cada individuo en el colectivo. La mejor respuesta a los que vienen con la estupidez que el Perú "necesita un gerente, no políticos".
Qué triste que el político más votado del Perú sea alguien tan lamentable como Luis Castañeda Lossio.
2 comentarios:
Concuerdo contigo... es una pena que el político más votado sea Castañeda...
El más gris de todos los políticos jamás vistos. Eligio como su propio soundtrack de campaña "Amigo" de Roberto Carlos. Es el alcalde de la "hora del lonchecito" con la visión de futuro de un topo deprimido y una oratoria de lobotomía. Ah, y es el político más popular de Lima, la ciudad que es muchas cosas pero que no se asume claramente ninguna. El líder perfecto para una metrópoli que no encuentra el color de su bandera, salvo que sea el gris.
Publicar un comentario