martes, 16 de octubre de 2007

El análisis como comedia (raje lateral sobre el censo)

Esto lo escribí a partir de unas simplezas analíticas del INEI en enero. Reflejan mi opinión sobre lo que hacen aunque el campo es otro.

La ENAHO, la encuesta nacional de hogares del INEI, es un instrumento necesario para conocer cómo marcha el país, en múltiples sentidos. Más allá de la polémica sobre su preparación, sobre su construcción muestral, o incluso sobre su cuestionario, está ahí y sirve siquiera con sus fallas, para hacernos una idea de cómo estamos en una serie de cosas.

El problema está en el análisis de las series estadísticas. El INEI recopila datos y los organiza, pero también se toma el trabajo de analizarlos. En el último boletín de la ENAHO, se han dedicado a analizar los resultados desde la perspectiva de "sociedad de la información". Los resultados serían chistosos si no nos recordasen la precariedad institucional e intelectual en la que vive el Perú.

Más de una vez he escrito sobre la inconveniencia de usar "sociedad de la información" sin una conceptualización adecuada. Tal como se manifiesta en documentos oficiales del Estado Peruano, la sociedad de la información sería algo así como la Unión Europea, la OMC o la OCDE: organismos a los que se "accede" cuando un conjunto de condiciones se cumplen. Los indicadores y las evaluaciones respectivas determinan si se puede o no acceder a esta organización.

Es bastante obvio que la sociedad de la información, de haberla, no podría ser "accesible" en los mismos términos, puesto que se trataría de un estadio de desarrollo social con un conjunto de características socialmente relevantes, y donde la tecnología, su disponibilidad o su utilización reflejarían tal desarrollo. "Acceder" o "alcanzar" la sociedad de la información implicaría alcanzar una forma específica de desarrollo económico y social. Por ello, y aceptando que la presencia o no de tecnología en hogar es una señal de algo, la pregunta de fondo es ¿señal de qué?

La carencia de un marco analítico para responder esa pregunta es un problema severo, y está en la base misma del documento en cuestión. No se trata solo de la sociedad de la información como cliché, sino más bien de la mezcolanza de conceptos que yace tras el cliché. El caso de la noción misma de TIC: radio y televisión, ¿son TIC? Si lo fuera, lo que es por lo menos discutible en términos de análisis social o económico, ¿alguna vez hubo algún objetivo de masificación de conectar a los peruanos con los servicios de radio y televisión?

Las políticas públicas en medios masivos no han incluido ese aspecto jamás; el alcance de los medios es el resultado de la inversión privada, salvo por la expansión satelital de IRTP / TNP (ahora TV Perú, gracias a la lamentable gestión de María del Pilar Tello) en la década de 1980, y algunos programas sueltas y de impacto menor en las cifras grandes del MTC. Que el plan de acción de la Cumbre de la Sociedad de la Información ponga la muy discutible meta de alcanzar 100% de cobertura de radio y televisión en todo el mundo para el 2015 no convierte al resultado de la acción privada en un objetivo de políticas públicas logrado.

Mención breve al cálculo de penetración de la radio en los hogares: 58,3% de los hogares, cifra además decreciente, tienen radios. Menos que televisores. Inverosímil.

(Digresión gramatical: el documento en mención exhibe un español pobrísimo, imperdonable no solo en términos estilísticos sino porque se trata de personas que supuestamente han recibido educación superior. ¿Puede el Estado Peruano ser tomado en serio cuando un documento oficial dice "Prácticamente se ha masificado el objetivo de conectar los ciudadanos a los servicios de Televisión y la Radio" (p. 27)? La serie de impropiedades es impresionante).

Pero incluso esta confusión no es la más grave. Hay dos cuestiones en el documento que me dejaron impresionado, para mal. En primer lugar, no hay información sobre ingresos o tipo de actividad del jefe de hogar, pero sí sobre educación: esto permite afirmar que "cuando analizamos los hogares que disponen de una computadora en el hogar, y su relación con el nivel educativo del jefe de hogar..." (p. 35). ¿Cómo es posible establecer una conexión analítica entre ambas categorías, sin estudiar ingresos también? Ciertamente, hay más hogares con computadoras que tienen un jefe de hogar con educación superior, pero esto puede ser simplemente reflejo de un jefe de hogar con mayores ingresos.

La yuxtaposición de dos ideas, en este contexto, parece establecer una relación causal. Dicha relación NO EXISTE, al menos no con la data disponible. Y sin embargo se afirma...

Sobre las cabinas, en cambio, hay información interesante pero que necesitaría algo más de datos para hacerla útil, puesto que es fácil de intuir que serán más los jóvenes aquellos usuarios de las cabinas, por una variedad de razones que van desde la necesidad de complementar carencias de acceso por falta de computadora en el hogar hasta la familiaridad con los nuevos medios, por oposición a personas mayores que no se sienten cómodas con la Internet. Esto, aparte de afirmar, sin respaldo documental alguno, que el Perú es "líder mundial de las mejores prácticas de acceso público a Internet" (p. 40) gracias a las cabinas, lo que es al menos discutible cuando se compara con países que tienen, por dar un caso, políticas públicas para promover el acceso desde bibliotecas.

Pero la joya final es el párrafo final, en la página 48, que afirma literalmente lo siguiente:

"Para los hogares y los individuos, los resultados muestran que aunque el uso de Internet en las cabinas públicas está en crecimiento dentro de todos estos subgrupos considerados: personas jóvenes versus personas mayores, personas con más educación frente a las que tienen menos educación, poblaciones en áreas urbanas y poblaciones rurales, la diferencia tiende a permanecer estable en el tiempo en términos porcentuales, consolidándose la posición de mayor acceso a la Sociedad de la Información por estos subgrupos favorecidos."

¿Favorecidos por qué? ¿Mayor acceso a la sociedad de la información porque usan cabinas públicas?

Me encantaría que alguien discutiera a favor de estos puntos. Pero me parecería increíble que cualquier persona medianamente articulada lo vaya a intentar.

2 comentarios:

Roberto dijo...

"¿Favorecidos por qué? ¿Mayor acceso a la sociedad de la información porque usan cabinas públicas?"

que esté de acuerdo contigo sobre que la expansión de cabinas públicas (y ahora los telecentros del mtc, de ertic y de fitel) no signifiquen "acceso a la sociedad de la información" (lo que sea que signifique eso), no quiere decir que exista esa figura como suerte de "sentido común".

la idea de que conexión y acceso físico (de cualquier modo) a los equipos y al internet es igual a estar en la última ola de la globalización coca cola 2.0, es más frecuente de encontrar en el estado y en empresas privadas de lo que uno piensa. y para nada con malicia, sino un convencimiento inocente.

Eduardo Villanueva Mansilla dijo...

Lo que dices sobre el sentido común tecnológico es correcto, y no por ello deja de ser lamentable que un organismo técnico como el INEI tenga que recurrir a simplezas del sentido común, en vez de analizar. Ete ahí el quid de mi crítica.

En unos días publico unas páginas sobre el tema del sentido común. Watch this space.