La nueva actualización de Facebook atormenta a muchos. Por un lado, es por lo que Rushkoff dice: los clientes de Facebook son los anunciantes, no los usuarios; cosa que es válida para casi cualquier medio que se financie mediante por publicidad. Pero también hay otras razones, las que incluyen la sensación de inflexibilidad por la inflexibilidad misma, en un producto que no termina de ser confiable o de brindar realmente un buen servicio.
El contraste entre Zuckerberg y Steve Jobs, el parangón de la creatividad dictatorial, es iluminador: ninguno de ellos es un real hacker, sino que se trata de personas que saben sacarle el jugo a la tecnología. En el caso de Jobs, hay una enorme consistencia entre sus ideas y sus productos, que ha sido moderado y madurada por grandes y pequeños fracasos: la Lisa, la expulsión del paraíso, la ausencia de éxito en Next, el Cubo. En el caso de Zuckerberg, todo es éxito, pero más bien vacío: Facebook es el equivalente mediático del sistema de transporte público de Lima; insuficiente, con un diseño insatisfactorio, con innovación donde no debe y conservadurismo donde sí debería cambiar, Facebook nunca satisface del todo y a veces es un gran problema, pero hay que usarlo porque pasado cierto punto, es necesario.
Igual que como con el sistema de transporte público limeño, se necesitan estrategias, y la primera es jamás olvidar que se trata de una empresa que quiere hacer plata, no de un servicio público. Así, que su Timeline sea casi ofensivo o que su ticker sea enervante no deben sorprender; la falta de flexibilidad es una manera de abaratar costos; la integración con otras formas de consumo, para que no tengamos que salir de Facebook y se convierta en un jardín amurallado en el que desaparezca la Web, algo que deberíamos evitar al máximo posible.
Una forma es buscar otros sitios para hacer lo que se hace en Facebook, pero realmente no funciona así. Facebook logró el éxito gracias a algunas buenas decisiones iniciales: ser excluyente, orientándose a universitarios en los EEUU; ofreciendo finalmente una manera rápida de compartir fotos sin complicaciones ni limitaciones de cantidad, a diferencia de Flickr; permitiendo formas varias de mensajería. Una vez alcanzada la masa crítica salir de Facebook se vuelve difícil, porque las interacciones que se logran aquí crean una dinámica que no es fácil lograr en otros sitios: el baremo para medir a otros sitios es lo que hacemos en Facebook, y si no podemos porque no hay las mismas funcionalidades, pero tampoco los mismos contenidos ni los mismos usuarios, complicado que se pueda uno interesar en salir de Facebook y pasar a, digamos, Google +, que encima tiene un gran problema, la integración con el correo y otros servicios bajo la idea de una "verdadera identidad".
Creo que parte del éxito de Facebook yace en que no es chamba, aunque se lo use para ella, ni es comunicación, aunque termine sirviendo para eso. Facebook es expresión personal. Uno se inventa una personalidad y la expone en el medio, como no lo puede hacer a través del correo. Dada la simpleza visual de Facebook, uno no termina expuesto a expresiones visuales de personalidad, como Hi5 o MySpace terminaron siendo, con una serie de atentados estéticos que hacían imposible pasar por más de una página sin sentir que no se podía soportar las andanadas, una suerte de Transformers pero sin robots, solo con Glitter.
Facebook permite expresión personal menos agresiva pero igualmente importante: los enlaces que uno pone, las provocaciones que plantea, los comentarios que borra, son formas textuales de manifestar lo que uno es o quiere ser, y que puede controlar. Cuando Facebook nos pone una lista de "chateables" que no incluye a quienes queremos sino los que su algoritmo alucina podríamos querer chatear, perdemos un poquito de expresión, y eso nos llega.
Mientras, Google +, diseñado no por un obsesivo compulsivo con ansias de dominación global, sino por un conjunto de nerds, enfatiza la comunicación, y además es transparente. Google siempre confunde la efectividad con la transparencia, y +, que es un sistema pensado para facilitar la agrupación de transacciones y eventualmente de pagos a través de una identidad digital, es completamente transparente en su interés de obligarnos a ser quienes somos, no quienes queremos ser, y por eso no despega. Además, la integración con el correo y con otros servicios impide separar dominios, cosa que Facebook, por su naturaleza lúdica, fomenta.
Entonces, estamos entrampados. Facebook seguirá cortando y maltratando nuestras intenciones expresivas en búsqueda de encajonarnos en un solo espacio comunicacional, mientras que Google no logrará salir de su encajonamiento de nerds; no parece haber nadie más en condiciones de intentar algo en este campo, dado el tamaño de Facebook (casi 1.000 millones, de morirse). Diaspora* no es una mala idea pero es muy hacker, muy flexible y muy tarde para que pueda realmente ser algo más que una alternativa para unos cuantos.
Solo queda usar AdBlock Plus para librarse del ticker, y confiar que hicimos algo importante cuando comenzamos a usar Facebook: actuar estratégicamente, asumiendo que nada es peor que confiar en un desconocido que nos regala cosas.
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2 comentarios:
Muy buen artículo, Eduardo. Me queda la duda sobre las posibilidades del G+, pues no tiene ni un año y su meteórico crecimiento, que ni el Facebook tuvo, ha obligado al líder a hacer cambios forzados y hasta apresurados. Tampoco me queda claro lo del "encajonamiento nerd". Yo sí lo soy y puedo entender que haya estado entre los primeros usuarios del G+, pero no podría hablar por otros tan fácilmente: cuando millones usan algo, las generalizaciones dejan de funcionar. (De paso, me enteré de este artículo por un comentario de un contacto en el Google+.)
Iván, el encajonamiento de nerds, en el caso de Google, es más organizacional que específico al producto G+. Creo que Google sigue viendo todo como problema tecnológico y le falta "esquina" comunicacional / marketera. Según los reportes de las firmas de seguimiento analítico, G+ no tiene mucho movimiento abierto; puede que sea interesante hacia adentro pero lo que hace indetenible a FB es que busca, sin que siempre le ligue, equilibrio entre lo privado y lo público: si G+ es exitoso para adentro pero un desastre para afuera, será difícil que crezca en serio.
Y disculpa la demora, pero mi gmail mandó el aviso de comentario al spam...
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