jueves, 5 de agosto de 2010

Se fue la ola: el final de Google Wave

En junio pregunte si alguien seguía usando la Wave, y en noviembre de 2009 cuestionaba la lógica tras un producto que rompía paradigmas que no parecían necesitar romperse. Google ha llegado a la conclusión que la vida real no necesita algo como la Ola, y le ha dado de baja.

Muerte que finalmente no me molesta ni creo que a mucha gente incomode. Me reitero en lo que dije en noviembre: la premisa que conversaciones en tiempo real se pueden mezclar con documentos que se leen fuera de línea, y con conversaciones que suelen ser propuestas para una lectura en línea pero no en tiempo real, resulta confusa, innovadora en el sentido más negativo del término ("si no está roto, no lo arregles").

Google Wave se plantea como una solución para la confusión en la comunicación multiforme y multidocumental de la actualidad. La respuesta no fue separar y ordenar, sino agrupar y confundir. Como dejar una biblioteca y pasar a un depósito de libros, donde no hay más criterio que el orden de llegada.

Reivindico a las bibliotecas pues: el fracaso de Wave nos recuerda que la información, bien puede querer ser libre, pero necesita estar ordenada.
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