jueves, 8 de marzo de 2012

La red y el medio: el estatus conceptual de Facebook

(esta es la primera de dos notas que nunca terminé el 2011, y que ahora termino un poco corriendo. Igual creo que puede ser útil para muchos).

El auge de Facebook ha cambiado la relación entre los medios y las redes, hasta convertir a las redes en el centro de la acción. Claro, el problema es que a veces confundimos lo que es con lo que llamamos de una manera dada, y mezclamos conceptos.

Facebook es el más exitoso caso de un medio social: como no es ni interpersonal ni masivo, y funciona bajo la Internet, es un nuevo medio; como no depende para existir de los contenidos creados por un proveedor, sino de aquello que los usuarios mismos construyen a través de sus interacciones, es social. Por ello, medio social.

La imagen de un usuario de Facebook sin amigos en el mundo real es clara: no tendría nada en su muro, y daría un poco de pena. Pero uno puede asumir que la razón por la que alguien se crea una cuenta en Facebook es porque tiene amigos, o familia, o colegas. En otras, sociológicas palabras, participa de redes sociales, y tiene capital social: se relacion con personas en contextos socialmente claros y puede recurrir a estas redes para enfrentar problemas y aprovechar oportunidades.

La socialización, en todas sus formas, es el proceso de adquisición de redes sociales y de las reglas de comportamiento y reconocimiento que estas redes producen. Nadie trata a un pata de barrio como a un colega o a un tío; el rol que uno juega en una red produce el tipo de comportamiento en cada red.

Lo que hace a Facebook rico es la facilidad con la que permite el intercambio, la parte de interconexión social. A diferencia de los Sitios de Redes Sociales previos, como Hi5, el énfasis no es la expresión personal, como el mantenimiento de relaciones a través de la expresión orientada al intercambio: el taggeo de fotos es una manera de conectarse con terceros, entre otros. La cultura del comentario es una característica especialmente gratis de Facebook, que promueve el intercambio de señales de reconocimiento interpersonal, y por lo tanto hace posible que nuestros muros se enriquezcan con los contenidos que otros ponen y los comentarios que otros ponen a nuestros contenidos. Consumimos FB llenándolo de nosotros: poniendo lo que hacemos, lo que queremos y lo que gustamos para que todos lo vean. Al hacerlo, motivamos a más gente a pasar su vida digital al interior de FB, y enriquecemos al señor Zuckerberg. La paradoja mayor: el consumo como expresión, que no ha sido inventado ahora, pero sí llevado a una maravilloso apogeo, cuando los 800.000 usuarios de Facebook volcamos la vida en sus servidores.

Claro está, hay un gran problema: la vida real no está en una sola red, como sí lo está Facebook. Bajo la etiqueta de "amigo" metemos en FB a perro, pericote y pariente, y a veces las redes sociales se entremezclan en la "red social". Lo que pasa es que la simplicidad del medio confunde y hace que mezclemos las relaciones al definirlas al interior del medio, sin imaginación y sin considerar lo que realmente son.

Por eso la terminología ayuda y debe respetarse: Facebook no es una red social, es un medio social. Mientras mejor reflejemos, mediante listas, permisos y prohibiciones, las redes sociales en las que participamos, en el medio social que consumimos llenándolo de contenido, mejor sabremos cómo aprovechar sus posibilidades de comunicación.
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