sábado, 13 de septiembre de 2008

La naturaleza de las tonterías

Humberto Campodónico comenta el calificativo de tontería que la ministra Aráoz le dio al proyecto del sr. Giampietri, para impedir la inversión de ciertos países en ciertos sectores. Resulta fascinante ver a Campodónico apoyando, siquiera indirecamente, a semejante personaje, especialmente cuando estamos ante una coincidencia que podríamos llamar epidérmica.

Campodónico sostiene que en este proyecto aparece la intención de una derecha nacionalista que "busca frenar la entrega indiscriminada del país", lo cual puede ser cierto si se mira con generosidad la intención del proyecto. A mi entender, y partiendo de la historia reciente, las auto-interpretaciones que los militares tienen sobre su rol, y la relación francamente acomplejada que tenemos con nuestros vecinos, este proyecto de ley busca dos cosas al mismo tiempo: que los chilenos no compren nada que se considere "estratégico" y que se abra un espacio para que los militares o el estado (que los militares en el fondo siguen pensando es casi lo mismo) puedan actuar en la gestión pública.

Esto de nacionalismo, en un sentido capitalista, no tiene nada. Es simple y sencillamente una noción de nacionalismo en donde hay más importancia en prepararse para presuntos conflictos que en desarrollar económicamente el país; lo que en el fondo es un ejercicio de poder. Los militares ven su rol de "institución tutelar" como una posibilidad de dictar las reglas del juego, definiendo qué y cómo debe desarrollarse, siempre en función y bajo la dirección de las fuerzas armadas.

Lo que no quiere decir que Campodónico no tenga razón, en el fondo, sobre la crítica a la crítica de la ministra Aráoz. La idea que la apertura y la inversión extranjera sin medida ni clemencia es la única ruta al desarrollo descuenta que el desarrollo es más complejo que solo crecimiento económico, que bien puede ser que tengamos áreas en donde no valga la pena la inversión extranjera, como el debate de los transgénicos sirve de ejemplo, y que a veces una burguesía nacional es la más indicada para hacer ciertas cosas, como desarrollar la agricultura, al establecer un vínculo más cercano con la población (claro que en el Perú, quién sabe).

Así que ahí está: creo que esta vez, Campodónico está fuera de juego. Lo que no hace que Aráoz esté on-side. Y ciertamente solo confirma que el sr. vicepresidente y congresista Giampietri (a quien llamar almirante por lo que hizo antes de jubilarse de esa ocupación equivale a llamarme Delegado Villanueva por lo que hice en quinto de primaria), como en muchas otras cosas, just doesn't get it.

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