sábado, 24 de noviembre de 2007

Computadoras para "el maestro del siglo XXI"

Ya se ha formalizado el programa para facilitar la adquisición de computadoras por maestros del sector público. Un subsidio directo de 150 USD, más un préstamo blando del Banco de la Nación, permitirá que se compre una computadora portátil de un mínimo de 500 hasta 800 USD.

Como medida para lograr neutralizar cualquier oposición a la repartición de computadoras XO, es una buena idea. Como política laboral, no suena mal, puesto que acceder al crédito requiere una evaluación previa (aunque esto no está en la nota de prensa oficial). Lo que no está muy claro es qué se busca lograr con esto.

Partiendo por lo primero: ¿por qué portátiles? Si los maestros que trabajarán en aulas o colegios que reciban XO-1 también recibirán una "verdecita" (según comunicación verbal de Oscar Becerra al Consejo Nacional de Educación el día viernes 23 de noviembre), ¿se espera que los maestros lleven su computadora al colegio todos los días? Improbable, porque sería un tanto innecesario, e incluso irrelevante, aparte de peligroso.

Si la computadora es personal, privada, ¿para qué forzar que sea una portátil? Yo soy creyente en las portátiles y las uso desde hace años, pero reconozco que para muchos usuarios, en muchos contextos, es mejor una computadora de escritorio, considerando por ejemplo que son más fáciles de "upgradear", de mantenimiento más simple, y hasta cierto punto más seguras.

Luego: ¿exactamente para qué? No hay garantía que el maestro vaya a usarlas para nada relacionado a la educación, esto es obvio; no hay garantía que siquiera podrá conectarlas a la Internet, también es obvio.

Esto lleva al asunto de fondo de todo este affaire OLPC: ¿a dónde se quiere llegar? Una vez que los maestros tengan su computadora, ¿qué pasa? Como se dice en inglés, what's the endgame? Como he tratado de decir varias veces antes: ¿realmente se espera que con el acceso a una computadora, todas las personas involucradas en la educación se vuelvan hackers?

Esa es la impresión más fuerte que me queda. No tengo la menor duda que facilitar el acceso a computadoras no puede compararse con ofrecer refrigeradoras o cocinas, pero igual me queda la sensación que se espera algo similar con este programa: una vez adquirido el equipo, se incorporará en la vida familiar de la manera prevista. Esto es ciertamente más simple con una cocina, pero muchísimo más complicado con una computadora, precisamente por la amplia diversidad de posibilidades que ofrece. Finalmente, incluso a 500 USD, para maestros con sueldos de 1000 soles mensuales y familias a su cargo siquiera en parte, estamos ante una adquisición de capital realmente importante.

No me opongo a esta idea; pero me gustaría que estuviese más claro a dónde queremos llegar con un programa que, finalmente, también sale de mi bolsillo.

Nota: supongo que será evidente para varios de los lectores de este blog que esta nota habría sido publicada en Adversus OLPC hasta hace un mes, más o menos. Como ya dije, he congelado ese blog y voy a usar este espacio para mis comentarios sobre cualquier tema. Solo reactivaré Adversus si las circunstancias lo ameritan; por ello, es posible que aparezcan, de cuando en vez, notas sobre OLPC-Perú aquí.

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