miércoles, 16 de noviembre de 2011

El discurso político y el abismo digital

El diálogo de sordos en temas como Conga, tan bien reporteado por Lamula.pe y Noticias SER, demuestra dos cosas: no es tan difícil hacer buen periodismo cuando no se tiene urgencias de circulación; pero tampoco es fácil debatir cuando las cámaras de resonancia son más importantes que la opinión pública.

Lo digital ha sido reivindicado como el espacio para que la verdad fluya y los ciudadanos se encuentren, pero en realidad lo que ha hecho es debilitar a la prensa, y facilitar la cacofonía en el discurso político. Nada más simple que recoger solo lo que me interesa, leer solo aquello con lo que estoy de acuerdo, y conversar con aquellos que comparten mis ideas: reducir el debate ciudadano a mi red de amigos en Facebook. El escenario contrario, un mundo feliz de diálogo sistemático y sincero, es apenas una ilusión; lo que predomina son las cámaras de resonancia, esos vacíos en donde el diálogo no existe y todos están de acuerdo, sobre todo para condenar al otro.

Los medios no crean la comunicación: la canalizan. En una sociedad fragmentada, con poca confianza y poco sentido de la ciudadanía, y que además no se siente cómoda con el gran capitalismo urbano, los medios apenas reflejan la fragmentación, el centralismo y sobre todo la precariedad. Contra lo que muchos entusiastas creen, el buen periodismo requiere recursos y tiempo, puesto que no puede correr con el día a día de actualizaciones constantes, bounce rates y optimización de tráfico. Un buen trabajo periodístico arranca con el reporteo para seguir con la investigación y al final, con el artículo escrito o el reportaje grabado. Pero sobre todo, lo indispensable sigue siendo criterio, claridad argumentativa y comprensión integral del tema. Los datos y las novedades no son la clave, sino el punto de partida.

Los medios realmente existentes, en el Perú y en casi todas partes, sufren por la obsesión de sus audiencias por consumir, en vez de procesar, información. El diálogo público requiere análisis pero para analizar, es necesario leer y procesar información medianamente compleja; dramas personales o protestas sociales se convierten en banales cuando se persigue los datos y se deja de lado la perspectiva.

El ejemplo más saltante es también el más lamentable: meses dedicados a una tragedia personal que en el contexto de las grandes cosas, no tiene el mismo significado para todos los peruanos que el caso del mayor de la PNP Felipe Bazán. Al igual que el joven desaparecido en el Colca, es casi seguro que el mayor Bazán murió durante o poco después de los acontecimientos de Bagua. Lo importante, aparte de la necesidad de darle paz a su familia, es por qué el Estado peruano no ha dedicado atención a su búsqueda; y a su vez, el escándalo es que el periodismo de todos los colores no investigue la dejadez casi criminal de ese Estado que finalmente nos incumbe a todos.

Cuando los periodistas solo buscan saber algo más y no entender qué quiere decir el paquete completo, la prensa deja de tener sentido y se convierte en el problema. Entonces, la banalización de la noticia, el reporteo de trivialidades como si fueran importantes, no afecta a todos. El drama es el abandono por parte de los medios serios de cualquier intento de protegernos de la espectacularización de la noticia, de la redefinición de lo que merece atención como aquello que nos llama la atención. Hay intentos, sin duda, y diarios como La República pueden tratar de mantener ciertos estándares en algunos reportajes, pero cuando le dedican la primera plana a una sonsera como la supuesta “designación” de la Amazonía como maravilla natural, que no es más que una movida de marketing de un astuto empresario, confirman que no pueden resistirse al impulso de atender lo banal en desprecio de lo importante.

Que lamula.pe y Noticias SER sean los espacios en donde el buen reporteo de una crisis como Conga, para no mencionar otras muchas, encuentre su lugar, es señal de la debilidad fundamental de la prensa peruana. Sin recursos para hacer investigación elemental, sin ganas de encontrarlos, sin decisión para ofrecernos material para pensar en vez de entretenimiento con formato noticioso, los medios de prensa peruanos han abdicado ante la Web, la fuerza que ha vertido la espectacularización en nuestras computadoras con fuerza de huracán.

Que medios alternativos, que no se financian con ventas, sean la esperanza de un público informado, es una señal no del poder de la Internet, si no de la debilidad de los medios de comunicación, y ultimadamente de la sociedad y la esfera política peruanas, para fomentar debate y ofrecernos soluciones reales a problemas reales.
----

Publicado en NoticiasSER el 16/11/2011

1 comentario:

luis dijo...

Existe también una web de la SPDA llamada www.actualidadambiental.pe donde también vienen dando seguimiento al tema Conga desde hace un tiempo. Completamente recomendable.