miércoles, 23 de abril de 2008

Dos visiones, una computadora: el conflicto en OLPC

Alt1040 (leído gracias a Ocram) mencionaba el problema del teclado de la XO-1, presente en muchas computadoras del programa G1G1. No hay información sobre si este problema ocurre con las computadoras ya entregadas al ministerio de educación, pero imagino que no hay mucho interés en andar discutiendo este asunto.

En realidad, el teclado es el menor de los problemas para OLPC, porque tiene solución, siempre y cuando haya OLPC para solucionarlo. La crisis que vive la organización en cambio, puede terminar por matarla. Desde el año pasado varios de los técnicos se han ido alejando, sea en relativos buenos términos (Mary Lou Jepsen) hasta lo que parece una diferencia de opiniones esencial, como ha pasado con Walter Bender. Hay que recordar que Bender ha sido la cara de OLPC en el terreno: mientras Negroponte venía a Lima para shows mediáticos, Bender iba a colegios, hablaba con desarrolladores y "se ensuciaba las manos", si me permiten la metáfora.

Nada raro: Negroponte es un futurologo y un cheerleader, no un tecnólogo. Bender es un especialista en tecnología que además tiene convicciones bien claras sobre la utilidad de las computadoras bajo un modelo de construccionismo individual.

Ahora Bender se ha ido: todo indica que el conflicto yace en visiones opuestas de para dónde ir ahora, cuando OLPC ha visto que no logra cumplir con sus objetivos.

Siempre se ha dicho que OLPC es un proyecto educacional. La manifestación concreta de este proyecto es, según muy recientes declaraciones de Negroponte, "llevar computadoras portátiles para el aprendizaje a los niños en los lugares más pobres y remotos del mundo". Para otros, como Bender, según sus declaraciones tras su renuncia a OLPC, el propósito es distinto: "construir una comunidad de desarrolladores, educadores y estudiantes dedicados a promover la calidad de software libre y de código abierto para el aprendizaje, así como compartir aproximaciones pedagógicas en estas comunidades mediante la adopción del espíritu y la metodología del movimiento de código abierto".

Más claro, ni el agua límpida que baja de los Andes. Bender quiere seguir desarrollando Sugar, el sistema / interfaz actual de la XO-1, para que sean una herramienta pedagógica. Negroponte quiere vender computadoras. Más todavía: si es necesario poner Windows XP como sistema operativo en las XO-1, con Sugar como interfaz corriendo encima del XP, pues habrá que hacerlo. Lo importante es que hayan computadoras por el mundo.

Aquí es donde viene lo bueno: los promotores más empecinados de la XO-1 han sido los creyentes en el software libre. Para la gran mayoría de ellos, convertir a la XO-1 en una más de las muchas computadoras baratas y simples que pueden correr XP es simplemente una aberración. Wayan Vota, por ejemplo, ha dicho que si ese el camino, su excelente sitio sobre OLPC, www.olpcnews.com, no merece el tiempo que le ha dedicado y mejor lo entregará a la comunidad de desarrolladores de Sugar.

Este es un conflicto potencialmente fatal. ¿Cómo nos afectaría? Buena pregunta. Sin gente como Bender, el avance de OLPC va a quedar tronchado; si las XO-1 comienzan a tener XP, en un montón de casos, el énfasis va a ser usarlas para producir "monstruos de la computación" antes que para una transformación de la educación.

Mi opinión sobre OLPC sigue siendo la misma. Es un error. Pero cómo quedará la cosa cuando el sistema de soporte mismo de la idea, la fundación OLPC, se haya transformado completamente en una operación pragmática dedicada a vender computadoras, es un tema para debate considerando la inversión prevista y el enorme esfuerzo que ha implicado. Sería saludable escuchar la opinión de los promotores oficiales en el Perú.

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