jueves, 30 de abril de 2009

¿Dónde están los comunicadores cuando se los necesita?

¡Gripe Porcina! ¡El chanchocalipsis! ¡Comienza en México, es el fin del mundo anunciado por los aztecas! ¡Fusilen a los que permitieron que esa argentina nos infecte!

Podemos ponernos todo lo histérico que querramos, pero en el fondo todo sigue igual: la gripe porcina / mexicana / norteamericana, esta variante del virus H1N1 de la influenza, puede convertirse en una pandemia. Como que no. No se la puede contener, pero bien puede ser menos virulenta de lo que se espera, y tal vez sea una pandemia suave, pues incluso en México la tasa de mortalidad es baja, como 8%, comparada con la gripe española (como el 15%) o, si realmente quieren ponerse escabrosos, el ebola. La tasa de infección es baja, todavía, mientras que la gripe española (el ejemplo canónico) infectó a 20% de la población mundial.

Hay que ser precavidos, hay que cambiar malos hábitos (tápense la nariz al estornudar, pes; usen pañuelos o mejor pañuelitos de papel, y dispongan de ellos cuidadosamente; lávense las manos). Pero hay que comunicar también.

Veo la web del Ministerio de Salud, y compruebo que han sido diseñadas como extensiones de las oficinas de imagen institucional o del TUPA, no como mecanismos de comunicación. Aparte de una nota de prensa, que compite con otras y que corre en un script de esos que solo funcionan bien en IE, nada. Veo conferencias de prensa del ministro, y nada más.

¿Quién está corrigiendo a los periodistas que dicen sonseras, quién está contestando las preguntas del público, quién está a disposición de los medios serios para dejar las cosas en claro? ¿Quién se encarga de interrumpir a cada ignorante que exagera para conseguir rating o para provocar pánico, explicando, ordenando las ideas y diciendo "calma, sean precavidos pero no piensen en el fin del mundo"?

En otras palabras: parte de la modernización del estado pasa por políticas públicas de comunicación, integrales y orientadas a emergencias. En casos como estos, debería haber mecanismos de respuesta tan preparados y tan listos como los que hay a nivel epidemiológico o de investigación. Un buen vocero, listo para la pelea y disponible 24/7, es mucho mejor que un ministro que da conferencias de prensa cuando puede, en vez de estar dirigiendo la respuesta.

Y escribo de nuevo ¡Gripe Porcina! para que aumenten mis hits en Google...
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10 comentarios:

Ciberdoc dijo...

El problema es que el Ministro de Salud también dice sonseras http://www.cnnexpansion.com/actualidad/2009/04/30/la-efectividad-de-cubrebocas-en-duda , y el tratamiento de las autoridades argentinas a pacientes en aviones ha sido mucho más inteligente http://www.peru.com/noticias/sgc/portada/2009/04/30/detalle32127.aspx

Yo creo que la pregunta del post debería ser: "¿Dónde están los comunicadores apristas cuando se los necesita?"

Saludos

Eduardo Villanueva Mansilla dijo...

Gracias por el comentario.

Aparte del hecho que Oscar Ugarte no es aprista, mi comentario va más a la carencia de un política pública de estado, que a la acción de un partido político. Sin duda el Apra es culpable en este campo, como en otros, por no molestarse en intentar formalizar y profesionalizar el estado; pero no es un asunto de comunicadores apristas en particular.

Duende Maldito dijo...

Buena observación!. Sé que las EPS han enviado boletines electrónicos a las empresas con información del tipo "qué es", "cómo se contrae", "cuáles son los síntomas", "qué debo hacer", etc, etc. Pero el resto de la población (sobre todo, las que no tienen acceso a internet) se informan a través de los medios de comunicación (qué miedo!)

juancarloslujan dijo...

Una coindicencia similar pero desde otra perspectiva.

http://juancarloslujan.blogspot.com/2009/04/la-gripe-porcina-preocupa-en-el-mundo-e.html

Eduardo Villanueva Mansilla dijo...

Maria Isabel, no he recibido otro comentario tuyo, asumo que hubo algún problema de envío.

Unknown dijo...

Muy buen punto Eduardo, y esa carencia de información y de improvisación en todo el aparato estatal es escandalosa(me acuerdo del Ministro de Defensa en bolas dos días después de la última emboscada en Ayacucho)

Sabiduría dijo...

Buen día:

Coincido en lo que índica sobre la desinformación y el manejo equivocado de las autoridades al respecto.

Tambien considero que la verdadera información la deben dar las personas autorizadas para ello. Este asunto de ha cerado pánico y una incorrecta manipulación/transmisión de la información acrecenta la angustia por este tema.

Adicionalmente, observo que el Ministerio no poseen reactivos para determinar completamente si el virus de los pacientes que poseen síntomas es influencia N1H1. Ello es alarmante.

Oscar

blogesia dijo...

http://www.nhs.uk/video/pages/medialibrary.aspx?Id={BFDE6027-5A36-4C38-934C-9C380DC66F13}&Uri=video/2009/January/Pages/Sneezing.aspx

cuando no hay medios tradicionales, nada como un viral.

lo subtitulamos y lo enviamos a todos? que dicen? hacemos un meme?

blogesia dijo...

interesante lo que comenta elmer huerta en un blog del comercio

1. No salir a la calle ni ir a trabajar si se sienten síntomas de gripe, esto reducirá la posibilidad de contagiar a otras personas.
2. Aprender a toser y estornudar en público. Lamentablemente existen muchas personas desconsideradas que no han aprendido que al estornudar o toser, siempre hay que cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo o una servilleta de papel. Estornudar sin cubrirse la boca y la nariz es tan desagradable y desconsiderado (y mucho más peligroso por supuesto) que pasar un gas en público.
3. Evitar (si se puede) entrar en contacto cercano con personas con gripe.
4. Evitar el besito de saludo en la mejilla y el estrechón de manos al encontrarse con una persona. Quién sabe qué se tocó la persona antes de darnos la mano.
5. Debido a que es imposible dejar de tocar cosas o personas, es imperativo lavarse las manos frecuentemente. Debemos enseñarles a los niños que se laven frecuentemente las manos al llegar a casa.
6. Evitar lugares con aglomeración de gente, sobre todo en espacios cerrados.
7. Saber escoger el medio de comunicación en el que se obtenga información. Evitar los medios amarillistas y sensacionalistas que aprovechan este tipo de situaciones para decir y publicar cualquier cosa y aumentar sus ventas.

resalto especialmente el punto 7: hay que aplicar profiláctica de los medios de comunicación como si fuera una superficie infectada más, quizá la más peligrosa de todas.

Eduardo Villanueva Mansilla dijo...

Comentario de Eduardo Cárcamo:

"
La reciente aparación de la ya posible pandemia global (está en grado 5 se considera pandemia global en grado 6) ha desatado en los medios de comunicación un alboroto informativo tan preocupante como la propia enfermedad.

Ya desde el día sábado cuando fue pasada de fase 3 a fase 4 los diarios anunciaban el acercamiento del fin del mundo, las siete plagas, el adelanto del 2012 (en la cultura maya se comenta que el mundo pasará a otra fase en el 2012) a todos estos anuncios apocalípticos se sumaron titulares sobre Magaly Medina o sobre algún otro caso que poca o casi nada de importancia tiene para la coyuntura mundial y nacional.

El papel de los medios de comunicación, creo, y reitero lo dicho, más que creer siento que debería ser así; debe estar dirigido a informar de manera completa y adecuada evitanto generar pánico y desorden en la opinión pública.

Una de las cosas que ha producido el anuncio de la ciudadana argentina con influenza es pánico, temor y la inmendiata asistencia de las personas a las farmacias en busca de antigripales, antivirales y mascarillas.

La OMS y el Ministerio de Salud han sido muy puntuales en la información preventiva en cuanto al tema. Es justo está información la que los medios de comunicación deben apoyar a difundir.

El papel de los medios de comunicación, en su papel como fuente de información más cercana a la gente, debería buscar calmar y empezar a difundir las medidas preventivas que han sido publicadas. Esto como parte de toda una estrategia de intervención multisectorial donde las medidas de prevención son lo más importante.
Queda esperar un cambio en la forma de informar en la medida en que los hechos vayan ocurriendo para bien o para mal, con pandemia o sin pandemia, pero sin una pandemia informativa. "